Esta es una película extraña en muchos sentidos y por varias razones. La Hora Incógnita aborda un tema un tanto peculiar dentro del cine español y el artífice de todo ello es Mariano Ozores (sí, el mismo). El nombre del director es de sobra conocido y en una primera aproximación nos sorprende que en los créditos aparezca aquello de escrita y dirigida por tan inefable director. Desde el inicio en la estación de tren abarrotada por una masa abigarrada y pánica, asistimos a un despliegue de medios y a una puesta en escena muy alejada, pero mucho, de lo que posteriormente el director entendería por hacer cine.Si dejamos de lado su posterior filmografía, nos encontramos con un director que sabe colocar la cámara, una fotografía impecable y más de un plano más que interesante y visualmente atractivo (la presentación del borracho saliendo de las entrañas de la tierra). En suma una factura técnicamente notable que habla cara a cara con el cine americano y europeo de aquel momento.
La Hora Incógnita se acerca a las consecuencias de un cataclismo nuclear, un argumento en aquellos años, y en posteriores,
muy en boga y más que raro en el cine español de la década de los 60. Cuando la
mayoría de los directores colocaban el trípode hacia los problemas internos del
país, Ozores tiene la osadía de
preocuparse por los misiles nucleares. Y ese es un gran punto de partida, ya
que España no sería ajena a una posible guerra nuclear, lo que ocurría es que
tanta miseria social, política y cultural, no daba para ocuparse de
temas más globales.
El reparto con Enma Penella, José Luis Ozores, Luis Prendes, Fernando Rey,
Mari Carmen Prendes y Elisa Montes entre otros grandes, no
podía ser mejor aunque algunas interpretaciones denoten perdición en tan
confusa motivación para sus personajes. Los actores eran de lo mejor del
gremio, y eso salva a una dirección
escasa y limitada. Destacamos el trabajo
de José Luis Ozores en el papel del
borracho, el resto, como cabe esperar de tales pesos pesados de la
interpretación española, está correcto pero sin florituras. Salvo Antonio
Ozores, que no entendemos mucho su participación en la película dejando de lado
sus vínculos sanguíneos. Se esfuerza por ponerse dramático pero su único
registro, el cómico, aparece en los momentos menos adecuados a lo largo de la
película; véase el monólogo del cura (Fernando
Rey), con un Antonio Ozores en
segundo plano en el que parece que se vaya a arrancar con aquello de no hija, no.
La Hora Incógnita en su estreno fue
un fracaso estrepitoso de público. A la crítica, siempre disonante, le gustó y hasta recibió
algún premio. Y desde luego no es extraño porque formalmente es fruto de un
director con capacidad técnica, subyace una idea novedosa en el panorama audiovisual y
con algún acierto narrativo (la elección
en la iglesia por quién será el elegido para huir con la moto del cura). Sin embargo Mariano Ozores se va por las ramas y el propósito de entretener y
pensar se diluye. No en vano la película, con un presupuesto de 6 millones,
supuso el cierre de la productora de la familia Ozores. Posteriormente el
director reflexionaría sobre este asunto y sus consecuencias en su obra: me
prometí que nunca más haría una película que a mí me gustara, sino que haría
películas que gustaran al público. A partir de ahí he hecho el cine que ha
interesado al público, que ha funcionado. Aunque es una excusa un tanto
fatua, aun así nunca sabremos, si de tener éxito de taquilla La Hora Incógnita, que camino hubiera
tomado la denostada carrera de Mariano Ozores.
JUAN AVELLÁN
1 comentario:
A mi modo de ver la mejor película de Mariano Ozores,una obra curiosa y llamativa. Con unos intérpretes de la categoría de Emma Penella, Carlos Estrada, Luis Prendes y Carlos Ballesteros. No es una mala película, pero eso sí, hay que situarla en su contexto tiempo, de ahí esa gran dosis de spanish moralina. Los que hayan vivido esos años saben lo que quiero decir...
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