Esta sobrevalorada película nos muestra una India que no es la del Taj Mahal. Nos muestra la otra cara de la moneda, la que no sale en las guías de viajes. Miles de niños en ese país tienen que sobrevivir a la pobreza más extrema, como en otros muchos países. Ya son hombres sin saberlo, hombres a la fuerza. Esa es la India de Slumdog Millionaire.
Jamal es un adolescente pobre y sin estudios que está concursando en la versión hindú del programa de televisión "¿Quién quiere ser millonario?". Para sorpresa hasta del presentador, está a punto de hacerse con el premio máximo del programa. Interrogado y torturado por la policía (ya que sospechan que está haciendo trampas), Jamal va contando porqué sabe cada respuesta. Cada una de ellas nos lleva a un capítulo de su terrible existencia, mediante flashbacks.
La película tiene puntos en común con Ciudad de Dios (2002), que relataba el mundo de los suburbios en Río de Janeiro, pero Slumdog Millionaire trata además el tema del destino, de las segundas oportunidades, la suerte y el amor. Lo terrible de la vida de esos niños es mostrado como belleza gracias a la música, un ritmo vertiginoso, al montaje y a la dirección de Boyle. Aunque en casi todo el metraje la estética y la dirección parecen las de un videoclip, le da un tono más agradable a la dureza de algunas secuencias y se puede interpretar como homenaje a los musicales de Bollywood.
El resultado es un film vistoso, ameno, bien llevado aunque algo irregular. El arranque está muy bien hecho, nos sumerge en la historia de lleno. Aunque pasada la hora y media, cuando ya se está pidiendo a gritos un desenlace, la película se alarga innecesariamente. Mejora al final, aunque la sensación que me queda del conjunto no es el de una obra maestra, ni siquiera la de una película que me gustara volver a ver. Eso sí, la prefiero a Trainspotting, la otra famosa película de Danny Boyle.
EDUARDO M. MUÑOZ
El resultado es un film vistoso, ameno, bien llevado aunque algo irregular. El arranque está muy bien hecho, nos sumerge en la historia de lleno. Aunque pasada la hora y media, cuando ya se está pidiendo a gritos un desenlace, la película se alarga innecesariamente. Mejora al final, aunque la sensación que me queda del conjunto no es el de una obra maestra, ni siquiera la de una película que me gustara volver a ver. Eso sí, la prefiero a Trainspotting, la otra famosa película de Danny Boyle.
EDUARDO M. MUÑOZ
1 comentario:
Hola Eduardo ¡¡¡ es la primera vez que me meto en el blog, está muy currado, mucha suerte a los cuatro y ya me iré metiendo para comentar, ciaooo :)
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