viernes, 7 de enero de 2011

EL DEMONIO BAJO LA PIEL (THE KILLER INSIDE ME, 2010) de Michael Winterbottom


La película es una adaptación de una novela de Jim Thompson, autor de algunas de las mejores obras del género negro como La huída que fue adaptada al cine magistralmente por Sam Peckinpah en 1972, en la película del mismo título. En esta ocasión el que adapta un libro suyo, The killer inside me, es Michael Winterbottom, cineasta británico conocido por películas como Jude (1996) o Un corazón invencible (2007).

Lou Ford (un magnífico Casey Affleck en una de las mejores interpretaciones masculinas de los últimos años) es un sheriff de una pequeña localidad americana. Aparentemente es una personal normal, pero en su interior alberga un auténtico psicópata capaz de hacer daño incluso a las personas a quien ama. Su relación con una prostituta (Jessica Alba) hará que despierten unos recuerdos de infancia que liberarán al monstruo que lleva dentro. El demonio bajo la piel se podría considerar como la fusión de dos elementos: el género del psicokiller y el cine negro. El film noir lo apreciamos sobre todo en la voz en off del protagonista, en la corrupción policial y en la lograda recreación de los años 50. En la historia hay dos mujeres clave (Jessica Alba y Kate Hudson), igual que en El sueño eterno (1946, Howard Hawks), pero en esta ocasión no encajan en la categoría de femmes fatales porque son víctimas de Lou. Aquí es donde entra el cine de psicópatas, que nos presenta a uno de los personajes mas repugnantes de la historia del cine.

La película habla sobre las apariencias, sobre cómo lo benévolo puede esconder algo diabólico. No es fácil imaginar que el amable sheriff de un idílico pueblo en el que nunca pasa  pueda esconder semejante secreto, de la misma forma que  es difícil imaginarse todo el submundo de maldad y de corrupción que descubrimos en esa población. Es lo inconsciente que se esconde tras lo consciente, tema que nos evoca el universo de David Lynch que ya habló de estos temas en la magnífica Terciopelo azul (1986).



La cinta resulta dificilísima de ver porque el espectador nunca llega a simpatizar con el protagonista debido a la extrema violencia perpretada por él y así hace que las casi dos horas de metraje resulten un duro ejercicio de resistencia. El rechazo que se experimenta se debe a que su comportamiento no está suficientemente explicado y justificado, mientras que en la novela sí. Esto fue motivo de repudio por parte del público en algunos festivales en los que se ha exhibido, donde se criticó abiertamente su violencia aparentemente gratuita. En otras películas protagonizadas por psicópatas esto no sucede porque descubrimos que realmente son víctimas de su propia circunstancia, de su propio pasado. Recordemos al respecto cintas como El fotógrafo del pánico (1960, Michael Powell) o Psicosis (1960, Alfred Hitchcock), en la que las explicaciones psicoanalíticas del comportamiento de los protagonistas consiguen que acabemos comprendiendo su modus operandi. En El demonio bajo la piel hay una referencia a un hecho de su infancia pero que no justifica suficientemente el comportamiento tan salvaje y desmesurado de Lou. 


Todo esto unido a que la película crea situaciones sobre todo al final que no se acaban de entender, son los puntos débiles de la cinta. Sin embargo la violencia a que nos somete el director Michael Winterbottom no es arbitaria ya que nos está hablando del asesinato y el horror como instintos y facetas de la naturaleza humana. De la misma forma que somos capaces de crear obras de arte somos capaces de cometer actos horribles. Por eso, en mi opinión, no se detiene en explicar en exceso el comportamiento del personaje principal. Son las dos caras de la misma moneda, una respuesta oscura y pesimista a la gran pregunta kantiana: Qué es el hombre.

No obstante, el film consigue del espectador una relación de amor-odio ya que al mismo tiempo consigue atraparnos de una manera formidable debido a la forma en que Winterbottom nos sumerge en la época, conseguida gracias a una excelente ambientación donde hasta los títulos de crédito iniciales son un homenaje al cine clásico americano. Lo cual demuestra una sabiduría cinematográfica sin límites por parte de este interesante cineasta. La podrán encontrar en cines a partir del 21 de Enero.

EDUARDO M. MUÑOZ

2 comentarios:

Antonio Martín de las Mulas dijo...

Ésta peli no tiene buena pinta por lo que parece...

Eduardo Muñoz dijo...

No te dejará indiferente, Anto, aunque tenga sus defectos.