Lucas es un cortometraje cargado de buenas intenciones pero que no pasa de ser un producto pasable. Alex Montoya cuenta una historia de pedofilia con acreditada solvencia. Pero la historia, el guión, la narración no despunta, no tiene un desenlace efectivo o interesante, se desenvuelve planamente. Aunque la interpretación de Luis Callejo raya el sobresaliente y su asombrosa naturalidad lo ponen a la altura de los mejores de España, a éste corto le falta tiempo de desarrollo, densidad, y sobretodo fuerza. Pegaría más con un largometraje que un corto. Porque también el guión anda corto de ideas.
ANTONIO MARTÍN DE LAS MULAS
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