El director colombiano Andi Baiz suscribe con ésta cinta su ópera prima. Desliza su talento por la superficie de un drama de acción basado en hechos reales: el 5 de diciembre de 1.986 un excombatiente de la guerra del Vietnam, llamado Campo Elías Delgado asesinó a punta de bala a quienes se encontraron a su paso en el restaurante bogotano El Pozzeto. La cinta se abre desde la perspectiva de tres personajes diferentes y las escenas se van sucediendo de una a otra perspectiva. Pero al final el director no acierta a conjugar ese total en una sola historia unificada. El ensamblaje narrativo de esta complejidad no se justifica así mismo. Ni aporta nada ni tiene sentido. Obedece a un afán por dar contenido a una historia que de lo contraria se quedaría en un cortometraje bienintencionado. Por eso las historias periféricas lo único que hacen es desviar el asunto y contribuir a tapar una sensación de poca cosa. La trama narrativa no es densa, ni sólida, ni profunda. La mirada de Andi Baiz roza la superficie con una suerte de descripción vacía. El armazón de sensacionalismo barato y las maniobras de distracción que se ventilan en las historias periféricas hacen un flaco favor a una película en la que lo único digno de elogio es la fabulosa interpretación del elenco de actores, y, en especial, la interpretación del actor mejicano, Daniel Alcanzar.
ANTONIO MARTÍN DE LAS MULAS
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