Estamos ante una película de actores, guión y dirección cuasi documental basada en hechos reales acaecidos en la América profunda de 1993 en lowel (Massachusetts). Es una biografía basada en el boxeador Michy Ward (Mark Wahlberg) y su hermanastro y entrenador Dycky Eklund (Christian Bale). Este último es conocido como el único adversario que logró tumbar a Sugar Ray Leonard 14 años antes.
La película es muy acertada ya que no cae en efectismos, tópicos banales y con una historia profunda que enriquece y conmueve a un espectador que durante dos horas ve, ríe y llora sobre todo con un personaje que se convierte en persona y que no actúa, sino que ves en él a un auténtico boxeador. Es un tanto espídico pero comedido y en ningún momento cae en la sobreactuación. Hablamos del gran Christian Bale, aquel niño de El imperio del sol (Steven Spielberg, 1987). Con este personaje llega otra vez la controversia de que un actor secundario se convierte en el actor principal del film. Todo por derecho propio ya que para meterse en el papel de un hombre que vive de un triunfo de antaño y que fuma crack adelgazó veinte kilos. La película tiene interpretaciones bastante buenas todas ellas. La madre de ambos (Amy Adams) es también genial.
La dirección es más parecida al falso documental de 16 mm que a la grandeza del 35 mm digital, muy de moda y que desmerece y echa por tierra obras basadas en guión y personajes como es el caso de la que nos ocupa. El antagonista de este fenómeno es un Michy Ward que se queda KO y que lo único que nos deja es su condición física y que se convierte en su sombra durante toda la película. El guión sin fisuras tiene algunos momentos memorables y conmovedores, sirvan como ejemplo la conversación telefónica en la cárcel de Dycky con su madre retransmitiéndole el combate de su hermano o los dos puntos de giro que nos desvelan otro asalto (acto) más prometedor si cabe.
La cinta también es un perfecto retrato del mundo de las drogas y de la superación personal de cada uno de los personajes en un mundo oscuro, que se suaviza con toques cómicos (todos protagonizados por Christian Bale, más que probable futuro Óscar de Hollywood) y que nos deja uno de los personajes más entrañables de los últimos años.
La cinta también es un perfecto retrato del mundo de las drogas y de la superación personal de cada uno de los personajes en un mundo oscuro, que se suaviza con toques cómicos (todos protagonizados por Christian Bale, más que probable futuro Óscar de Hollywood) y que nos deja uno de los personajes más entrañables de los últimos años.
Por cierto, la banda sonora está compuesta por canciones de rock de Led Zeppelin, The Rolling Stones o Aerosmith, muy acertada ya que no es un retrato de exaltación sino de profundidad en un mundo real como demuestran las secuencias de combate filmadas muy parecidas a cómo se ven por televisión. Este es un gran acierto y todas ellas tienen el tempo justo donde se remarca el refrán: “Lo mucho cansa y lo poco agrada”, siendo esto ultimo lo primordial en el nuevo film de David O. Russell (autor de películas como Tres reyes, 1999). Posiblemente estemos ante su mejor película.
Como anécdota para terminar, el primer candidato para encarnar a Dyky era Brad Pitt y su director iba a ser Darren Aronofsky, autor de obras como Cisne negro (2010) o El luchador (2008) aunque al final fueron alejados del proyecto. Está nominada a 7 Óscars muy merecidas todas ellas y seguro que gana alguno.
CARLITOS WAY
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1 comentario:
La actriz que hace de madre se llama Melissa Leo, no Amy Adams.
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