NO TENGAS MIEDO (2011) de Montxo Armendáriz

El cineasta navarro Montxo Armendáriz, autor de grandes obras del cine español como Tasio (1984) y Secretos del corazón (1997), regresa a la cartelera por la puerta grande con No tengas miedo, película sobre el delicado y repugnante tema de la pederastia.

Este interesante director, que a lo largo de 27 años de carrera tan sólo ha filmado 9 películas, demuestra una gran valentía y sabiduría cinematográfica en este film. La prueba está en que las películas sobre abusos a menores no abundan, y conseguir una que además consiga sobrecoger sin caer en lo soez ni en lo vulgar, tan sólo por eso dicha película merece estar en el pedestal de las mejores cintas de nuestro cine reciente por derecho propio.

Silvia (Michelle Jenner) interpreta a una adolescente que ha sufrido continuos abusos sexuales desde la infancia por parte de su padre (Lluís Homar). El film aborda las constantes interacciones de Silvia con el mundo que le rodea, relaciones todas ellas truncadas por este terrible hecho. Silvia no es una persona común, es incapaz de relacionarse normalmente con las personas y llevar una vida convencional. Vaga por las calles bajo un efecto vampirizante, totalmente dominada por la soledad. La losa del pasado le impide ser dueña de sí misma y de sus miedos y al mismo tiempo es una incomprendida ya que esconde su secreto para sí misma sin revelárselo a nadie.

Armendáriz muestra la historia de Silvia a través de los años, siempre desde su punto de vista, desde que era una niña y su padre empezó a abusar de ella. Sus maneras son tan delicadas, son tan de grandísimo cineasta, que se toma la molestia de dejar su cámara fuera de campo, siendo el espectador quien se imagine tan terribles situaciones. Los silencios abundan en el film, al igual que las sombras, en las que uno se imagina lo peor. Lo que sugieren las imágenes son muchísimo peor que lo que hubieran mostrado, tal es el poder del cine en manos de un gran director.

No tengas miedo es una película sobre la condición humana y por eso mismo todo está en manos de las excelentes interpretaciones de los actores y de un guión para quitarse el sombrero. No es fácil encontrar muestras tan patentes en el cine contemporáneo de guiones tan ejemplares como el de este film, que va creando las situaciones precisas en el momento preciso y que consigue que la historia avance como la seda. Es un verdadero prodigio. Incluso cuando durante el visionado de la cinta se sospecha que va a aparecer el tedio, esto es, lo alargado innecesariamente y que pide a gritos una resolución, Armendáriz lo remata espléndidamente creando un final coherente, de peso y creíble.

Lo fácil en este tipo de películas hubiera sido caer en los tópicos: mostrar al padre como un monstruo, a la madre como protectora… Sin embargo todo está contado desde una gran credibilidad por parte de los personajes. Lluís Homar (qué portento de actor) interpreta a un padre con dos caras: por un lado es cariñoso y protector con su hija, y por otro esconde a un verdadero demonio. Por su parte, la madre de Silvia (Belén Rueda), no ve o no quiere ver la realidad que ocurre en su casa y cree que todo son imaginaciones de Silvia. El resto de personajes están en la misma línea, maravillosamente bien construidos también, sacando a relucir el buen trabajo de documentación por parte de Armendáriz con casos reales de personas que han sufrido en sus carnes la pederastia.

No tengas miedo es una joya de nuestro cine, un soplo de aire fresco en una cartelera plagada de mediocridad. Y por eso mismo, como no podía ser de otra forma en este país rebosante de cultura, el día de su estreno en un cine del centro de Madrid estábamos viéndola en la sala cuatro gatos. En cuanto asoman atisbos de un cine de calidad carente de efectos especiales y que trata un tema extraído directamente de la pura realidad, los espectadores eligen el cine de evasión. Esto sumado a los prejuicios que existen ante el cine español hará que casi con total seguridad (espero equivocarme) esta película no reciba el éxito que merece y pase sin pena ni gloria, sería lamentable. Ante tan penosa situación, permítanme la ironía, a uno sólo le cabe decir: Perdónales Señor, porque no saben lo que hacen.

EDUARDO M. MUÑOZ