El mayordomo es un recorrido a
través de la historia racial y política de los Estados Unidos a raíz de la
historia de Cecil Gaines (Forest
Whitaker), mayordomo de color en la Casa
Blanca desde 1956
a 1986. La
película está inspirada en un personaje real, y supone un acercamiento
emotivo y certero a los episodios dramáticos protagonizados por los negros a lo
largo del siglo XX en busca de sus derechos civiles. El origen de la película
se halla en un artículo publicado en el Washington
Post que utiliza un personaje real para relatar unos acontecimientos
fundamentales en la reciente historia de Estados Unidos. Lee Daniels, cineasta afroamericano nominado al Oscar por Precious
(2009), no sólo dirige sino que también escribe el guión junto a Danny Strong.
El film no se limita, sin embargo, a reflejar
dichos acontecimientos históricos, sino que a través de ellos perfila un biopic (a la manera de un Forrest Gump de color) en el que
asistimos al drama de una familia a través de su núcleo principal, el
enfrentamiento ideológico de un padre con su hijo. Ahí reside una de las bazas
de la película apoyada en las espléndidas interpretaciones, sobre todo la del
actor principal, Forest Whitaker, en un rol que parece escrito para él donde en
todo momento está a la altura de las circunstancias. El resto del reparto lo
completan personajes de la talla de Oprah
Winfrey, Cuba Gooding Jr., John Cusack, Lenny Kravitz, Vanessa Redgrave, Robin
Williams y Mariah Carey.
Lo peor que se puede decir de El mayordomo es que sesenta años de
historia reciente de Estados Unidos quizás no merezcan ser contadas desde la
superficie, sin profundizar en ninguno de los acontecimientos que en el film
aparecen, limitándose a realizar únicamente un fresco de pinceladas mejor o
peor trazadas.
Sin embargo no estamos ante uno de esos biopics, que más bien parecen telefilms,
con un único objetivo: el lucimiento de una estrella (al respecto me viene a la
cabeza la fallida La dama de hierro [2011, Phyllida
Lloyd],) y en los que se cuenta todo tan deprisa que no cumplen ni su
objetivo inicial, el conocimiento del personaje retratado. El mayordomo podría parecer ‘a
priori’ un film de ese estilo. Y aunque bien es cierto que en algún momento
se echa en falta mayor dosis de desarrollo de los momentos históricos que
presenciamos, la sensación al salir de su proyección es la de haber asistido a
algo grande, como ocurre con las buenas películas. Su mensaje cala hondo, y su
esencia trasciende más allá de las formas, consiguiendo un todo que es mucho
más que la suma de sus partes.
Todos aquellos que lucharon por los derechos
civiles de los negros quedan plena y dignamente homenajeados en esta
entretenida cinta orquestada por Forest Whitaker en un momento de gloria y el
resto de su magnifico reparto. Una gran película.
EDUARDO M. MUÑOZ
2 comentarios:
Creo que no hace falta profundizar en los momentos históricos, para eso estan otras como Malcom X, pues las consecuencias de todos esos acontecimientos se ven reflejadas en los personajes.
Miguel Ángel, salu2.
Bien visto, Miki. Estoy de acuerdo. Precisamente es lo que explico en mi escrito.
Un saludo.
Publicar un comentario