miércoles, 13 de febrero de 2013

Crítica de 'EL CASO ALMERÍA' (1984) de Pedro Costa



El caso Almería cuenta una historia basada en hechos reales, un malentendido que lleva a la Guardia Civil del puesto de Almería a perpetrar un asesinato contra tres jóvenes inocentes. El caso Almería es una de esas poquísimas películas de abogados que constan registradas en los fondos de nuestras filmotecas. Una película donde la trama se relata con verismo y en donde las instituciones jurídicas se presentan con el fondo real que las informan. Es lamentable que algunas series españolas escenifiquen juicios al más puro estilo americano. ¿Cuándo quedará claro que los juicios españoles son distintos a los juicios americanos?. Estamos tan acostumbrados a ver películas de abogados de nacionalidad americana que cuando nuestros realizadores tienen que imaginar una escena de juicios las imaginan con mazos, con jurados populares y con abogados que dicen 4 ó 5 veces eso de "¡protesto, protesto y protesto!". Afortunadamente esto no sucede en esta película. Cualquier abogado que se ponga delante de la pantalla podrá comprobar como lo que ahí se rueda se corresponde fielmente con su vida profesional. La película aborda el asunto desde una perspectiva estrictamente judicial. La tensión se sustancia a lo largo de las distintas fases de la tramitación, se administra sabiamente con un juego efectivo de insinuantes amenazas, de chantajes encubiertos, y de ímpetus morales que deciden a su protagonista a seguir adelante. La actuación de los actores no desmerece un ápice, Agustín González y Fernando Guillén firman un papel encomiable, y Antonio Banderas nos deleita con una naturalidad que desde hace mucho tiempo no refleja en los personajes que encarna en sus películas. El conjunto del filme, sus localizaciones, su dirección fotográfica, el efectivo montaje y la quizá menos valerosa banda sonora, convienen en conformar un retablo de carácter ineludiblemente español, y que desnuda lo más esencial de nuestra tradición judicial, de nuestras instituciones y de nuestros rasgos de estilo. La cinta rezuma realismo, y rigor, oficio acreditado, imparcialidad contenida, y en sus fotogramas se respira un cierto españolismo por los cuatro costados. En un mundo como éste en donde nuestras carteleras seleccionan cada semana el elenco de las mediocridades, sería injusto no ver las preciadas joyas de nuestra amada tierra. Por eso no me resisto a enlazar aquí el link de la película completa: 


ANTONIO MARTÍN DE LAS MULAS

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