En la España de 1967 aparece una pequeña novela (Solo
de Moto) sobre un mecánico macarra que en un puente de agosto
decide subirse al carro del sueño español influenciado por los planes de
desarrollo: Torremolinos y sus suecas. El libro, hoy olvidado, de Daniel
Suerio se acercaba a la literatura underground americana , desde un
punto de vista cañí , con una narrativa contundente, callejera y personal.
Como diría Suerio el escritor debía estar a la altura y ser voz de lo
que ocurría en las miserables calles del franquismo. El autor trabajó, además
de firmar el guión junto a Bardem de El Puente, para Saura
y Mario Camus. En otro país pudo haber sido una novela de culto.
Otro gran olvidado , Bardem , construye su
película a partir de la idea de Suerio. Y poco más.
Porque aunque El Puente es una película extraña y atípica, de las
primeras road movies realizadas en el cine español, pierde la frescura y
contundencia del relato inicial. Fruto de la época , la Transición (¿?), Bardem
afronta por primera vez una película bajo cierta libertad, no hay que olvidar
que mientras rodaba en Logroño Calle Mayor (1956), era
enviado a la Puerta del Sol de Madrid a “declarar”, con la consecuente sorpresa
y apoyo de su protagonista , la americana Betsy Blair. A partir de este
hecho, acaecido por su militancia comunista, Bardem tendría
serios problemas con la censura y poco le dejarían hacer. Por eso muerto
el dictador, no es extraño que Bardem rodara su primera película sin Franco
con cierto aire panfletario, razón por la que su visionado, en
determinadas secuencias, llegue a cansar al espectador, a parte del final que
es el peor de los finales posibles; sólo a un empastillado de Marx le
puede gustar. La película tendría que acabar con el fin del sueño: la playa
vacía y sin suecas. Los flashbacks en la Nacional IV y el rollo sindicalista
sobran. Aunque debemos perdonar al director ya que la tentación era muy
grande y resultado de una época de ilusiones y aspiraciones vírgenes. Y a
saber, ya que Suerio, come dijimos al principio, intervino en el guión.
Juan (Alfredo Landa) un mecánico sin conciencia de
clase cuya única preocupación es su entrepierna , eclipsado por las guiris de
la autopista , decide pasar el puente de agosto en Torremolinos. Dar rienda
suelta a sus bajos instintos y de ese modo tener algo de que hablar el martes
en el taller. Pero lo que le espera a lomos de su moto, la Poderosa, es
un viaje iniciático a través de las carreteras y los personajes que se dejan la
vida en ellas en un país injusto, de grandes diferencias de clase y miserable.
A Juan le servirá para tomar conocimiento de la realidad y dar un manotazo a
sus quimeras. Como en todo buen relato de iniciación , el protagonista partirá
de un estadio para finalmente, debido a las enseñanzas del camino, comenzar en
otro; de ser un desclasado, un enemigo , un espectador, a un futuro agente
activo.
Después de leer Solo de Moto y ver El
Puente te chirria Landa. No es el perfil que más se adecúe al
protagonista de la novela, imaginas un Galiardo o un Sacristán (hasta
un Pajares), pero la elección por parte de Bardem, aunque
discutible, está estudiada; el landismo. Alfredo Landa llevaba años
encasillado en un personaje arquetípico del macho ibérico y terror de las
suecas y , vamos, de lo que tuviera falda. Con esta base, ¿quién mejor que el
actor para encarnar a un mecánico de provincias en busca de ligues
ocasionales en Torremolinos?. Con un buen olfato en la dirección de
actores Bardem acertó con Landa, aunque se nos antoje demasiado
histriónico en los primeros minutos de la película, tal vez muy acostumbrado a un mismo tipo de papel. Según avanza la película , y al igual
que el personaje, la interpretación de Landa se vuelve más pausada e
introspectiva, en la que el poder de la mirada del actor nos lo dice todo,
sobran las líneas de diálogo; abriendo la brecha para un nuevo Alfredo Landa,
mal llamado serio, fuera de la comedia y los estereotipos.
El Puente es una obra arriesgada , cosa nada extaña en el cine de Bardem,
con planos muy acertados , desoladores ( Landa sobre la Poderosa
en un Madrid solitario, la aridez castellana, los señoritos depravados, los
desgraciados ,la fingida libertad,..), con secuencias geniales como las del
entierro o el inventor .Es una denuncia por lo alienante. Apuesto por las caras
de estupefacción de los fans del landismo, y dejando de lado que se trata
de una obra menor del director, en otro país podría ser un film de culto.
Lo único preocupante al acabar es esa sensación de desasosiego , de angustia ,
de que las cosas no hayan cambiado casi nada. Que la perdida de Bardem,
Berlanga o Azcona es doble: física y moral. Hoy no estarían haciendo cine,
trabajarían en un supermercado.
2 comentarios:
Fabulosa, reflexiva y entretenidísima película del gran olvidado Juan Antonio Bardem. ¿¡En el país de Torrente qué nos podemos esperar?!
Sin rodeos, una película comprometida con el cine y con su tiempo, una visión real de la España más profunda que dejaba atrás el franquismo. Bardem demostró ser un pedazo director y sobre todo, comprometido a su época, un director de valores humanos, sobre todo. El puente es la primera película que Bardem hizo después del régimen y sin ningún tipo de censura. Directores como Buñuel, Berlanga y Bardem se comprometieron con su tiempo. Bardem nos invita a un viaje en moto descubriendo lo mejor y lo peor del momento político-social.
Publicar un comentario