viernes, 21 de diciembre de 2012

Crítica de 'REGRESO AL FUTURO III' (1990) de Robert Zemeckis


Una vez solucionadas las paradojas temporales suscitadas por el almanaque deportivo, los viajeros del tiempo “Doc” Emmett Brown (Christopher Lloyd) y Marty McFly (Michael J. Fox) acabarán sus aventuras viajando al salvaje oeste, concretamente al año 1885, época en la que se encuentra atrapado el doctor Brown y a la que viajará su amigo Marty al descubrir que será asesinado por el malvado  pistolero Bufford “Perro Rabioso” Tannen (Thomas F. Wilson), un antepasado de Biff Tannen.

Después del complejo y brillante guión de Regreso al futuro II (1989), Bob Gale  construye junto a Robert Zemeckis una aventura menos enrevesada que aquélla, limitándose a repetir esquemas y clichés del primer Regreso al futuro (1985), y de paso conseguir un homenaje al género del western. El resultado de todo ello es una entretenidísima película pero sin nada nuevo que aportar al esquema argumental de la saga, con unas situaciones que recuerdan demasiado al film de 1985 y alejadas de la originalidad conseguida en la compleja segunda parte de 1989.




Las posibilidades de seguir rizando el rizo con la familia McFly tocaron fondo, así que la película esta dedicada en esta ocasión por completo a “Doc” Brown, él es la premisa principal. En las anteriores películas su descripción se limitaba a la del típico científico algo chiflado, pero en Regreso al futuro III descubrimos a un amante de la ciencia y de Julio Verne capaz de bailar y de enamorarse como un chiquillo de una profesora con gustos afines, Clara Clayton (Mary Steenburgen). Y de la  misma forma que peligraba la existencia de Marty en el primer Regreso al futuro, aquí peligra la de “Doc” Brown. Bajo su estela y la profundización de su personaje se desarrolla toda la aventura.

El Oeste americano recreado por el equipo de Zemeckis no está exento de tópicos propios del género, tales como los indios, el sheriff, la taberna, el pistolero bandido o los duelos al sol; pero todo bajo el humor paródico característico de la saga. El equipo estaba encantado, al parecer, con el hecho de rodar un western, en especial el director de fotografía Dean Cundey, quien dota a la cinta de una tonalidad sepia de gran colorido que recrea a la perfección el Hill Valley de 1885. Tampoco faltan los homenajes a los grandes films del genero, como Hasta que llegó su hora (1968, Sergio Leone), Duelo al sol (1946, King Vidor), Por un puñado de dólares (1964, Sergio Leone) o Solo ante el peligro (1952, Fred Zinnemann); así como a leyendas del western como Clint Eastwood.



Pero aunque todo suene a conocido, Regreso al futuro III sigue teniendo la magia de las predecesoras. Todo el film está repleto de grandes y emocionantes secuencias, como la persecución del Delorean por parte de los indios bajo la mirada de las míticas montañas de Monument Valley, o la secuencia final del tren. Además, existe un factor exclusivo que determina la esencia de la cinta que no estaba lógicamente en las predecesoras. Nos referimos al factor crepuscular, ayudado, dicho sea de paso, por su formato de western. Desde el minuto uno de la película, los fans de la saga sabemos que ya no habrá más aventuras de Marty y “Doc”, aquellos dos amigos en el tiempo que tanta felicidad nos han causado en el  pasado, y nos seguirán ofreciendo en el futuro siempre que tengamos el placer de revisitar sus aventuras por enésima vez. Pocas veces un “The end” poseyó por eso mismo un aroma tan meláncolico en cierta manera, tan brillante y emocionante al  mismo tiempo. El culmen de una saga inolvidable.




EDUARDO M. MUÑOZ

6 comentarios:

Ale dijo...

Me encanta Regreso al Futuro. Es la mejor trilogía de la historia del cine (o al menos para mí ^^). Aunque la segunda es un poco más flojilla, me siguen pareciendo una grandísima obra del séptimo arte.

Ese Marty McFly tocando Jonny B. Good en la primera parte, es mítico e irrepetible. Todo el que haya visto estas tres películas, tiene esa imagen en la cabeza, junto al magnífico Delorean.

Muy buena entrada para una excelente trilogía. ¡¡Enhorabuena!! =)

Anónimo dijo...

es una pasada cuando Marty se hace llamar Clint Eastwood,jejej.
Miguel, salu2.

Eduardo M. dijo...

Esta saga es la puta hostia. Me hará feliz mientras viva.

Felices fiestas, Ale!!

Gómez Jordell dijo...

Magnífica. La habré visto chorrocientas veces. Mi escena favorita es cuando el antepasado del director Strickland le canta las cuarenta a Tannen y le enseña a su hijo el significado de la palabra 'disciplina'

Eduardo M. dijo...

jajajaja que grande el sheriff Strickland!!

Carlitos wat dijo...

Es que nunca ha tenido pelo ' !!!