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domingo, 5 de diciembre de 2010

RALPH BAKSHI


Uno de los directores más desconocidos en España, pero también uno de los más influyentes en el mundo de la animación, es Ralph Bakshi. Nació en la ciudad de Haifa, en Israel, en 1938, pero terminó por convertirse en todo un innovador cineasta de los Estados Unidos. Sus obras, de animación para adultos, se desarrollan fundamentalmente entre 1972 y 1983, con dos aportaciones más a mediados de los noventa. Alternan los géneros de cine negro, como en Heavy Traffic (1973) o Coonskin (1975), fantasía, como vemos en Wizards (1977) o Fire & Ice (1983), así como otros de diversa índole como Fritz the cat (1972) o Cool World (1993). Fue autor de la primera versión de El Señor de los Anillos llevada al cine. Casi treinta años después, hombres como Peter Jackson tomarían importantes referencias para su propia versión (el movimiento del personaje Gollum, o encuadres como el tomado en la muerte de Boromir son idénticos a los de la obra de Bakshi).

En cuanto a las tecnologías empleadas para su cine, Bakshi fue un gran aficionado al rotoscopio, mediante el cual eran captados los movimientos reales de una persona para luego plasmarlos en papel, lo que garantizaba un realismo impresionante a los movimientos de los personajes. En Fire & Ice o El Señor de los Anillos (1978) tenemos dos importantes ejemplos. Así mismo, Bakshi imprimía dramatismo a algunas de sus obras acompañándolas de imágenes reales pintadas de color liso y modificadas para su encaje en el argumento del film. Por ejemplo, en Wizards, escenas de hombres africanos o soldados de la Segunda Guerra Mundial son añadidas como fondo en la película agregándoles cuernos u ojos malignos para que parezcan demonios.

En mi opinión, su obra más impresionante es precisamente Wizards, de 1977. Traducida en España como Los hechiceros de la guerra, lo cierto es que, a pesar de lo primitivas que pudieran parecernos hoy las técnicas que emplea, el argumento y la banda sonora suplen con creces las posibles carencias. Sumergidos en un tiempo postnuclear, donde la mitad del planeta es pura fantasía de elfos y hadas, y la otra la más moderna tecnología en manos de mutantes y demonios, los protagonistas tendrán que llevar a cabo una heróica epopeya en medio de un fuerte pesimismo trastocado por los horrores de la guerra, y una melancolía que la banda sonora nos evoca sutil y acertadamente.
En fin, no puedo más que recomendaros a Ralph Bakshi y su cine, para mí, de lo mejor de su tiempo.

GÓMEZ JORDELL

lunes, 29 de noviembre de 2010

Mi pequeño homenaje al director de cine Don Luis García Berlanga




Los grandes nos descubren una forma distinta de ver y comprender nuestro manido mundo, sus vanos desvaríos, la presencia enigmática de las cosas humanas ante nosotros mismos y la desesperante maraña con que vivimos estas cosas en nuestro pobre corazón. No es fácil expresar las consabidas miserias y los vanos deleites que a los hombres asolan en un momento dado pues tan sólo los artistas inspirados les es dado ese don de transmitir con claridad tan complejas ideas.

Al modo de expresión y a la manera con que nuestros asuntos son tratados y puestos en escena lo llamamos estilo. Tan sólo unos contados han dado en construir un mundo personal, un universo íntimo que lo caracteriza y lo distingue de otros tantos. Imprimen a sus obras su sello indubitable, su impronta inconfundible, su voz, su orientación estética con la que escenifican una trama que erige una cosmovisión o un estado del mundo, una mirada crítica, y un discurso trabado, con el que hilvanan pasiones, sentimientos y emociones que afectan al común de los mortales.

Como no podía ser de otra manera al director de cine, recientemente fallecido, Don Luis García Berlanga, le asiste esa virtud que muchos ambicionan. Que Berlanga tenga estilo es algo incontestable. Sus películas están atravesadas por un ritmo frenético, trepidante, vertiginoso a veces y este es, a mi juicio, el santo y seña con que firma.

Un ritmo que se cifra en el modo que tienen los actores de moverse, el cambio sucesivo y cortante de los planos, la forma en que el guion se lleva a cabo. Las escenas componen a menudo una tensión de grupos de actuantes que se arreglan en tres o cuatro planos. Cada grupo ejecuta su acción y los actores transitan los niveles de los distintos planos: los que moran al fondo pasan a la palestra, constituyen el centro de atención, para después volverse en busca de otro plano.

Los interlocutores cambian con profusión medida, los personajes son hiperactivos, cuando termina uno, al segundo empieza el otro a hablar, se entrecruzan, se entienden, gesticulan, resuelven al instante. Los diálogos se desenvuelven a gran velocidad, se expresan sin respiro, se interrumpen, se articulan con el juego de segundos diálogos que a su vez se interpretan en segundo o tercer plano; y, de todo este cúmulo de caracteres se desprende, una proverbial agilidad, una agilidad generalizada que se extiende a lo largo de la trama y constituye el vigor narrativo.

El tiempo, el devenir del tiempo y las urgencias del mundo, conforman el sustrato sobre el que se construyen sus películas. En sus manos el hombre, es concebido, como un sujeto llamado por la urgencia y un trajín incesante que lo deshumaniza y no le deja ser en condiciones. 

Mientras la trama avanza el ritmo no decae, no decae nunca, se mantiene vigente como si obedeciera a una obsesión particular del director. Pero la gran contrapartida de este efecto, es que sus films cancelan las atmosferas bajo cuyo paraguas la narración adquiriría un colorido humano, una dimensión más expresiva, una mayor densidad y un tono más enfático. 

Esto conduce a lo difícil de digerir la historia, -la que nos cuenta- con algo de conciencia o concienzudamente, porque, como se ha dicho, las cosas acontecen demasiado deprisa como para dejar lugar a cierta reflexión. La narración, en alguna medida, suele desenvolverse en los umbrales de lo que se puede percibir. Berlanga de esta forma consigue entrometerse en el oculto subconsciente de los espectadores, llega hasta al fondo y deja ahí, en ese abono, plantadas sus semillas, sus ideas.

Por todo lo anterior y en lo que a mí respecta, se trata de una estrella que brilla con luz propia, sarcástico, mordaz y atentatorio como pocos, terriblemente irónico, y no merecedor de nada menos que este humilde homenaje a su carrera, un cumplido homenaje a sus hallazgos, a su moral ilesa y a su hacer meritorio.

Antonio MARTÍN DE LAS MULAS

jueves, 25 de noviembre de 2010

WOODY ALLEN: RETROSPECTIVA


He leído que el cine Doré ha preparado un ciclo dedicado a Woody Allen para el próximo mes de Diciembre. Aprovechando la ocasión repasaré las que, para mí, son las películas imprescindibles de un cineasta irrepetible. No estamos ante una filmografía precisamente manca. Este cineasta lleva haciendo cine desde los años 60 aunque muchos sólo lo conozcan por su última etapa, la de los últimos años. Que, por cierto, obviaré, porque estas películas no están a la altura de lo que ha sido Allen para el cine y la cultura en general del siglo XX. Desconozco las películas que se proyectarán en el ciclo, pero yo os proyectaré las que más me gustan:

* Bananas (1971): De las pertenecientes a su primera etapa, la "cómica", sin duda ésta es la que prefiero. Repleta de gags que hacen que te desternilles una y otra vez, es un brillante ejercicio de comicidad. Para verla un millón de veces y seguir pasándolo en grande.

* La última noche de Boris Grushenko (1975): Es un punto de inflexión en su carrera, ya que sigue siendo un film cómico pero con mayores pretensiones que las anteriores. Parodia obras cumbre de la literatura rusa como Guerra y paz y empieza a introducir conceptos filosóficos y el tema de la muerte, aunque sea en tono de broma, que le acompañarán en el resto de su obra.

* Annie Hall (1977): Película fundamental en su filmografía. Es una nueva forma de hacer comedia, más profunda, más madura, muy novedosa. Las películas sobre relaciones amorosas nunca volverían a ser las mismas. Hizo escuela y muchos films posteriores le deben mucho, como Cuando Harry encontró a Sally (1989). El vestuario de Diane Keaton creó una moda y se la considera un documento clave para entender una época, la de los 70. Además, es la unica película de Woody Allen que tiene el Óscar a mejor película del año. Ahí es nada.


* Manhattan (1979): Tiene puntos en común con Annie Hall, pero su estudio de personajes es más amplio. Aquí no se centra en una pareja sino en varias, y es todo un homenaje a una ciudad. Filmada en un prodigioso blanco y negro, tiene uno de los arranques más bellos de la historia del cine, con música de George Gershwin incluido. Para muchos, su mejor película. Inolvidable.

* Zelig (1983): Es una rareza dentro de su cine. Es un falso documental sobre la historia de un hombre que nunca existió: "Zelig, el camaleón humano". Destaca sobre todo por los aspectos técnicos, en la que el propio Woody Allen está superpuesto en muchas de las escenas junto a personajes de la talla de Adolf Hitler. La misma técnica fue usada años más tarde para la oscarizada y popular Forrest Gump (1994).

* La rosa púrpura de El Cairo (1985): Una de sus películas más populares. La película es un maravilloso homenaje al cine en el que realidad y ficción se confunden. La protagonista es una mujer desdichada en plena depresión de los años 30 y sólo le consuela ir al cine. Un día descubre, maravillada, que uno de sus héroes favoritos sale de la pantalla para tener un romance con ella.


* Hannah y sus hermanas (1986): Una de mis favoritas. Es muy difícil hablar de esta película en 2 líneas, ya que merecería un artículo, pero diré que tiene un guión impecable y trata los temas favoritos de Allen dentro de unas complejas relaciones entre los miembros de una familia: infidelidad, frustración, el sentido de la vida o la religión. La mejor interpretación es la de Michael Caine, su personaje se enamora perdidamente de su cuñada.

* Delitos y faltas (1989): Película dividida en 2 historias paralelas. La más interesante es la protagonizada por Anjelica Huston y Martin Landau. Este actor interpreta a un oftalmólogo, casado y con una brillante carrera a sus espaldas. Sin embargo, tiene una amante que le amenaza con contarle todo a su mujer si no la abandona para irse con ella. Sin saber qué hacer, desesperado, toma una fatal decisión. Con esta brillante premisa, Allen nos somete a un increíble análisis ético de una situación límite, desde el sentimiento de culpa. Años más tarde, repetería el mismo esquema en Match Point (2005).

* Maridos y mujeres (1992): Es una vuelta al tema en el que más cómodo se ha sentido Woody Allen, a las relaciones de pareja. Pero esta vez de una forma más agresiva, sin pelos en la lengua. Además, la cámara en mano y los planos secuencia dan a la película más realismo que otras películas de Allen. Más que una película, parece un documental sobre las relaciones posmodernas.

* Misterioso asesinato en Manhattan (1993): Tomando como premisa obras maestras como La ventana indiscreta de Hitchcock y La dama de Shanghai de Orson Welles, Allen hace una divertida comedia sobre un matrimonio aburrido que empieza a sospechar que en casa de sus vecinos se ha escrito un crimen.


* Balas sobre Broadway (1994): El film habla del talento artístico y de las dificultades que tienen los autores para estrenar sus obras (en este caso teatrales) sin someterse a las comercialidades del mercado. Todo ello ambientado en los años 20, en un ambiente de gángsters y de corrupción. La película está llena de personajes geniales como el que interpreta Dianne Wiest, que es un homenaje directo a la Norma Desmond de El crepúsculo de los dioses. La ambientación de la época es perfecta y probablemente estemos hablando de la mejor película de Woody Allen de los años 90.

 
* Poderosa Afrodita (1995): Como si de una tragedia griega se tratara, un coro griego nos relata esta genial historia en la que el hijo adoptivo de un cronista deportivo resulta ser un genio. A partir de ahí, éste se decide ir en busca de la madre. Y cuál es su sorpresa al descubrir que ella no sólo no es una mujer brillante, sino que es una prostituta simplona y medio lela. La prostituta es interpretada por Mira Sorvino, que bordó su interpretación y le valió un Óscar.

* Todos dicen I love you (1996): Se trata de la única incursión en el género del musical de Allen. La película es más que correcta y sale muy bien parada. Es divertida, entretenida, entrañable y llena de secuencias inolvidables, como la del baile final entre el propio Woody y Goldie Hawn a orillas del Sena. El espléndido reparto también ayuda mucho al resultado final. Son los propios actores los que cantan, con excepción de Drew Barrymore, que al parecer no canta muy bien.


* Desmontando a Harry (1997): Esta es, para mí, su última gran película. Está considerada por muchos como su "película resumen" al tener todos los elementos de su cine. Es, además, un claro homenaje a Fresas salvajes de Bergman. Harry acaba de sacar una novela en la que da a conocer, sin tapujos y sin tratar de no ofender a nadie, todos los pormenores de su vida privada. Rechazado por todos, no encuentra a nadie que lo acompañe a un homenaje que le van a dar en su antigua universidad. Así que secuestra a su hijo y se lleva a una prostituta al viaje, en el que también irá un amigo que les abandonará a mitad del recorrido ya que fallece por un ataque al corazón.
El guión es fascinante ya que la personalidad de Harry la vamos conociendo a través de los relatos que ha escrito a lo largo de su vida, a través de sus personajes de ficción. Por ello es una película coral con multitud de estrellas de Hollywood como Demi Moore, Tobey Maguire, Robin Williams, Elizabeth Shue...

EDUARDO M. MUÑOZ 

sábado, 13 de noviembre de 2010

BERLANGA QUE ESTÁS EN LOS CIELOS...


Una noticia me ha sorprendido en el día de hoy cuando me disponía a comer. Se trataba ni más ni menos que del fallecimiento del cineasta valenciano Luis García Berlanga. Dios mío, he pensado, qué pocos de los grandes van quedando ya...

Y no es para menos. Estamos hablando, posiblemente, del mejor cineasta español de todos los tiempos. Su visión crítica de la sociedad gustaba, en ocasiones, hasta al mismisimo Franco, seguro que sí, porque si no... ¿Como se explica que una pelicula como "El verdugo" no fuera censurada por el régimen? Porque hasta los dictadores saben ver la calidad, cuando les parece. (El caso de "El gran dictador" y el de Hitler me viene a la memoria también al respecto).

Muchas son las peliculas y los personajes maravillosos que nos ha dejado don Luis. Junto con el guionista Rafael Azcona depuró al máximo las hipocresias de la clase burguesa y expusieron la vida de los pobres miserables y ciudadanos de a pie de una reciente historia de España. Además, realizaron juntos películas que son rarezas de nuestro cine, como la maravillosa "Tamaño natural" (1974), filmada en Francia. La película es una metafora de la soledad en las sociedades modernas. Los protagonistas son un dentista y su muñeca hinchable.



La principal caracteristica de Berlanga es la comedia agridulce, la comedia amarga, por eso esta muy proximo a cineastas como Billy Wilder. Mi favorita es "Placido" (1961), una satira feroz contra la hipocresia de las altas clases sociales. En ella, mediante una iniciativa del Gobierno, varias familias de ricos invitan a pobres a comer en Navidad, donde las cenas se retransmiten por radio y ellos demuestran ser espléndidas personas. Claro, cuando la Nochebuena se acaba, los pobres vuelven a la calle de donde han venido. En medio de todo esto, se encuentra Plácido, dueño de un motocarro que necesita pagar la letra de éste que le vence justo el día de Nochebuena.

Esta genial pelicula, que en algunos aspectos influyó en otro clásico moderno de nuestro cine, "El día de la bestia" (1995), fue nominada al Oscar. Pero no tuvo mucho que hacer porque competia con Bergman y su film "Como en un espejo", ganador de la estatuilla ese año. Pero todos los cinefilos sabemos que fue una injusticia, que ese año un valenciano superó en genialidad al maestro sueco, que era mejor "Placido".


Con estas reflexiones termino mi homenaje a mi director favorito de nuestro cine. Porque sí, existe cine español antes de Amenabar, Almodovar, Coixet y compañia. Ese cine es nuestro cine con mayúsculas, y seguramente a mucha gente le dé igual la muerte de este personaje, e incluso lo citarán de pasada en el telediario, pero a mí se me pone un nudo en la garganta recordando algunos planos secuencia de sus peliculas que ya son parte de la historia del cine... UNIVERSAL.


Siempre he pensado que las peliculas más importantes son aquellas que nos han salvado la vida en alguna ocasión. Las de Berlanga pertenecen a esta categoría. Por todo ello, gracias, don Luis.

EDUARDO M. MUÑOZ