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martes, 24 de marzo de 2015

Crítica de 'LOBOS DE ARGA' (2011) de Juan Martínez Moreno




A largo de la historia del cine, que en estos días cumple 120 años, dicho sea de paso, se han hecho muchas películas sobre el tema de la licantropía. Ahí quedan para el recuerdo y el deleite de cinéfilos obras como la versión de la Universal de 1941 dirigida por George Waggner, las producciones españolas interpretadas por el carismático e inolvidable actor Paul Naschy (para sus amigos Jacinto Molina) y otras populares sobre todo entre el público adolescente con dosis de comedia y terror (‘Un hombre lobo americano en Londres’, John Landis, 1981), por citar algunas.

A este último subgénero pertenece ‘Lobos de Arga’, que mezcla con acierto el terror, la comedia y el gore. Juan Martínez Moreno (‘Un buen hombre’, ‘Dos tipos duros’), director y guionista, apuesta por ubicarla dentro del folclore gallego, como ya hiciera Pedro Olea pero en un ambiente más psicológico en la obra de culto ‘El bosque del lobo’ (1970). ‘Lobos de Arga’ , por su parte, se acerca al estilo de producciones de serie B del cine de Paul Naschy introduciendo a la vez toques humorísticos. Dentro de toda esta amalgama de elementos no podían faltar los tópicos del género, como una solitaria aldea en medio de un bosque (de nombre ficticio) y un protagonista que es el último descendiente de una familia sobre la que pesa una maldición (Gorka Otxoa).

Carlos Areces y Secun de la Rosa acompañan a Gorka Otxoa en esta aventura gamberra que apuesta por recrear a las criaturas de forma artesanal, acudiendo a efectos digitales sólo en momentos concretos, destacando del conjunto un excepcional maquillaje. Los chistes funcionan, así como los actores y en gran medida el guión, pese a rizar el rizo en cierta manera en su tramo final. No cabe duda de que Juan Martínez Moreno realiza un film muy digno demostrando gran conocimiento del subgénero, y dota además al film de un endiablado ritmo en un estilo que recuerda al que posteriormente adoptará Álex de la Iglesia para ‘Las brujas de Zugarramurdi’ (2013). Recomendable para pasar un rato entretenido y para el público más freak. 

EDUARDO M. MUÑOZ

miércoles, 16 de abril de 2014

Crítica de 'LOS INFIELES' (2012) de Emmanuelle Bercot, Fred Cavayé, Alexandre Courtès, Jean Dujardin, Michel Hazanavicius, Eric Lartigau y Gilles Lellouche




La nueva comedia de los ganadores del Oscar por ‘The artist’ Jean Dujardin y Michel Hazanavicius”. Con semejante reclamo en su cartel, es casi imposible resistirse a la tentación y no acercarse a ver esta película, estrenada tan sólo un año después de la tan aclamada producción muda que fue puesta en un pedestal por la crítica. Pero Los infieles nada tiene que ver con The artist, tan sólo que comparten actor protagonista (Jean Dujardin), nacionalidad (Francia), y director (Michel Hazanavicius). El trabajo de este último no es exclusivo, ya que comparte la responsabilidad de la realización nada menos que con otros seis directores, los cuales firman una desigual, irregular, hueca y caótica película de episodios donde lo único esperanzador que reside en ella son los créditos finales que nos liberan de un tormento que, dicho sea de paso, nos podríamos haber ahorrado.

Los infieles no es más que una sucesión de gags sobre las aventuras de unos tipos que son, o pretenden ser, infieles a sus respectivas parejas. Nada más. No hay ni trasfondo, ni mensaje, ni grandes pretensiones; tan sólo muchas ganas de conseguir un producto con apariencia de comedia moderna, pero resultando un fiasco de grandes dimensiones. Uno de los principales problemas que tienen las películas de episodios siempre ha sido la falta de unidad entre los mismos, donde algunos acaban sobresaliendo sobre los otros enturbiando el conjunto final. Además, la diferencia de estilo de los respectivos cineastas también acaba haciendo mella en el resultado, donde se acaba echando en falta homogeneidad formal. Todo lo dicho sucede en Los infieles, donde además todos los capítulos carecen del más mínimo interés y ninguno se salva de la quema. La diferencia de forma y estilo en cada uno de ellos es latente. Conclusión: Al final al espectador no le queda la sensación de haber presenciado una película coherente sino un caos de tomo y lomo. Dicho caos sólo podría haberse salvado a última hora en en la escena de la terapia de grupo, en el que todas las historias quedan representadas y, de algún modo, entrelazadas. Recurso facilón y metido con calzador que termina por derruir un edificio sin fundamentos que nunca debió ser construido.

EDUARDO M. MUÑOZ

sábado, 26 de octubre de 2013

Crítica de 'HOLY MOTORS' (2012) de Leos Carax

Con unos vientos cargados de desesperación, apatía y, sobretodo, estulticia que soplan al Continente, que existan directores como Leos Carax significan dos cosas: que todo no está perdido y que hay individuos que saben arriesgarse lo suficiente. Todo esto lo certifica Holy Motors.
Más allá de si es o no una película difícil, más adelante aclararemos esta cuestión, hay que reconocer al director Carax el valor de un trabajo, más que obrado en libertad, libre. Porque está claro que Holy Motors no tiene ninguna intención de complacer al espectador y no es una película apta para todo tipo de paladares, desde luego no para los acostumbrados a la comida basura.



En esa especie de sueño-prólogo, con muchos tintes Lynchenianos,  al inicio de la película, Carax coloca  la cámara frente a una audiencia de la que no estamos seguros de si está dormida o muerta. Es toda una declaración de intenciones sobre  lo que va ocurrir en los próximos 109 minutos. Un director no rueda  este tipo de películas para mentalidades complacientes y evasivas, porque todo en la vida no es evasión (al menos no debería) y complacencia.
Es muy recomendable, y si no se puede mejor ocuparse de otros menesteres , abordar Holy Motors sin ningún tipo de prejuicio, dejarse llevar , engañar o jugar  de la mano del realizador ante una experiencia visual e intelectual que no puede dejar indiferente a nadie; a unos cerca del asco y el rechazo  y a otros lindando  la obra de arte. La película en esencia no pretende adiestrar ni sentar cátedra, más bien su intención es introducirnos en los mundos sórdidos, en cuestiones  reflexivas  tales como la individualidad, el arte, la belleza y la muerte. Sin más. Leos  Carax propone su preocupante visión del mundo y en nosotros está seguirla  o no. 




Lo cierto es  que Holy Motors parte de una idea seductora; el viaje por diferentes vidas, llámense interpretaciones, dentro de una limusina blanca.  Iniciamos el recorrido en la vida de Óscar  saliendo de su hogar acomodado e introduciéndose en una  limusina blanca conducida por su chófer  Céline . Dentro del coche  el protagonista comienza a caracterizarse y de este modo empezamos el recorrido por todo tipo de vidas, situaciones dispares y absurdas. Una tras otra se van sucediendo las historias de cada uno de los múltiples personajes cuyo peso incide  en el excelente trabajo de  Denis Lavant; una anciana pedigüeña, un actor que forma parte de un proceso de captura de movimiento, un peculiar vagabundo, un padre con su hija, un terrorista, un matón de tercera, un anciano en su lecho de muerte,…




Nueve tipos  de personajes, citas como se menciona en la película, y nueve formas de vida, algunas demasiado largas que pueden sucumbir al tedio por parte del espectador y otras que no explican muy bien su por qué ; pero que tomadas de  forma cohesionada forman un todo: la vida con sus anhelos, su miseria y su incertidumbre. En la gran mayoría de ellas subyace un poso de amargura e inquietud, sin dejar de lado un tipo de humor, muy personal hay que reconocerlo del tipo Käurismaki, negro y absurdo. Hecho este que puede desesperar a más de uno.
Pero también la película se enfrenta al sentido del cine, tan denostado últimamente, y de la interpretación, el propio protagonista reconoce , ante un siempre genial y fugaz Piccoli , que echa de menos a las cámaras , que al a ver disminuido tanto le cuesta creer que estén ahí; realidad, ficción.


En definitiva Holy Motors no es el tipo de película que se pueda desgranar en un  único argumento sólido. Ya hemos dicho que Carax intenta señalar lo rematadamente disparatado de las pasiones y pulsiones humanas, lo que le lleva a tocar un amplio espectro. Obra de difícil calificación  sin embargo, o tal vez por ello, nos atrapa como una tela de araña, espoleando nuestros sentidos. Después del visionado nada vuelve a ser lo mismo y de eso se trata, en última y esencial instancia, en cierto tipo de cine al margen de las modas y de lo machacado para su fácil digestión. En tiempos de zozobra Holy Motors, como poco, es una experiencia estimulante.


JUAN AVELLÁN

lunes, 25 de marzo de 2013

Crítica de 'CARMINA O REVIENTA' (2012) de Paco León



El hecho de que un film haya sido rodado en apenas dos semanas, sin subvenciones públicas, habiendo obtenido un buen resultado en taquilla y para la crítica, así como tres nominaciones a los premios Goya, son razones más que suficientes para sentarse delante del televisor una tarde cualquiera de domingo y dejarse llevar por el primer trabajo como director del actor Paco León.

Carmina o revienta goza de frescura, inmediatez, cercanía, cotidianidad, y hasta dosis de humor casposo. Su peor defecto quizás resida en el hecho de que por momentos no se aleja de lo que  parece un vídeo doméstico realizado para disfrute propio de la familia León, y no una película hecha para el gran público, que al fin y al cabo es para lo que se hacen las películas. Con esto quiero decir que algunas de las situaciones reflejadas en el film podrán resultar interesantes y hasta graciosas a los integrantes de la familia, pero quizás no sean del agrado e interés de todos los espectadores que se acerquen a esta arriesgada propuesta.


Por lo demás, bravo por la utilización del formato del falso documental, por la naturalidad de los intérpretes (en especial por esa actriz revelación interpretándose a sí misma, Carmina Barrios, y por una maravillosa María León), y por esa ambigua mezcla entre realidad y ficción, donde no se sabe nunca dónde empieza una y acaba la otra. Ahí reside el gran trabajo de Paco León como cineasta.

León no logra una gran película, pero sí un veraz retrato de una familia humilde, al mismo tiempo que  muestra una España profunda que también existe al margen de los poderosos, la España de las miserias cotidianas de esa gente anónima cuyos problemas para llegar a fin de mes no resultan interesantes para la parrilla de un telediario. Una modesta producción que consigue con sus buenas intenciones que olvidemos por momentos una narración plana a la que se le ve el plumero en demasiadas ocasiones, dejando al descubierto un guión pobre que parece sacado del fruto de la improvisación; así como una realización mejorable, muy mejorable. Aprobado alto, sin embargo.

EDUARDO M. MUÑOZ 

lunes, 31 de diciembre de 2012

Crítica de 'WOODY ALLEN: EL DOCUMENTAL' (2012) de Robert B. Weide



El cineasta Robert B. Weide nos acerca con su trabajo a la figura de Woody Allen, a su vida y a su obra. Lo hace a través de material de archivo y de entrevistas al propio cineasta y a personas que le conocen bien, como sus managers Charles H. Joffe y Jack Rollins, su hermana (Letty Aronson), su amiga y ex-novia Diane Keaton, algún que otro actor con el que ha trabajado (como Sean Penn o John Cusack), e incluso cineastas de la talla de Martin Scorsese.

El documental no aporta demasiadas cosas a los fans incondicionales del cineasta que no supieran con anterioridad, entre los que me incluyo, pero sin embargo incluye algunas perlitas que me gustaría destacar. Los videos de las actuaciones televisivas de un joven Woody Allen no tienen desperdicio, en las que deleitaba con sus chistes al público americano de los años 60, e incluso con una  divertida pelea de boxeo con un canguro. Asimismo contiene escenas inéditas del rodaje de El dormilón (1973), donde se puede contemplar detrás de las cámaras la química que siempre hubo entre Diane Keaton y él, y de Conocerás al hombre de tus sueños (2010), en las que podemos disfrutar de Woody Allen en una  de sus mejores facetas, la de director de actores.


  

Woody Allen: El documental también muestra su lado más íntimo, y nos recuerda el morboso episodio con Mia Farrow cuando todos los medios de comunicación se hicieron eco de la relación del cineasta con la hija adoptiva de aquélla. Resulta curioso la firmeza con la que se muestra afirmando que nunca le importó lo que pensaran de él, pese a que fue un episodio tan desagradable que muchos daban su carrera artística por acabada.

Despues de asistir a la proyección del fabuloso, recomendable y entretenido documental, la sensación que persiste en un servidor es la de que Woody Allen sigue siendo un mito viviente, pese a los altibajos de su extensa obra fílmica; un tipo peculiar que sigue escribiendo sus guiones con su vieja máquina de escribir echando mano de su cajón de las ideas. Resulta curioso descubrir que en su juventud su genio se veía limitado y entorpecido por una timidez a la que tuvo que hacer frente cada vez que se subía a un escenario. Las cosas le siguen yendo muy bien al señor Allen. Sigue encontrando financiación para su película anual (que le sirve de bálsamo contra su miedo a la muerte) y disfruta con su trabajo, aunque tenga que enfrentarse, como director, a las dificultades de la  post-producción en la sala de montaje una vez al año (“Lo único que se interpone entre la excelencia y yo, soy yo”); y aunque le resulte todavía difícil tener que soportar las promociones de sus films en festivales, ya que piensa que no sirven de nada. Únicamente se queja por una razón: “Ojalá hubiera nacido con un gran talento trágico en vez de cómico”. Afortunadamente para nosotros, no ha sido así.

EDUARDO M. MUÑOZ 

martes, 25 de diciembre de 2012

Crítica de 'SKYFALL' (2012) de Sam Mendes


Las películas de James Bond ya no son lo que eran. 007 no levanta cabeza. Atrás quedaron los dorados tiempos de Sean Connery y de Roger Moore. Porque en esta nuevo trabajo de la famosa saga, Daniel Craig nos deleita con otra interpretación insípida, sosa y desaborida, de un Bond que sigue sin dar para más después de esa sucesión de impostores que le han venido dando vida película tras película. En Skyfall ni acompaña el intérprete, ni acompaña la historia, ni mucho menos ayuda la pensatez insufrible de la última media hora. Como tantos otros Sam Mendes no supera el reto de las películas de 007. No acierta a contar una historia donde el interés suscitado sea de tal calibre que alcance a sobreponerse a esa reiteración que produce el hecho de que los espectadores hayamos visto ya casi todas las películas predecesoras de la saga. Como tampoco acierta a conservar el encanto y la redondez de las que dirigieron Terence Young (Desde Rusia con amor, (1.963); Operación Trueno, (1.965)), Guy Hamilton (Goldfinger, (1.964); Diamantes para la eternidad (1.971); Vive y deja morir (1.973); El hombre de la pistola de oro, (1.974)), o  John Glen (Octopussy, (1.983); Panorama para matar, (1.985)). Aunque destaca la interpretación -siempre laudable- de un estupendo Ralph Fiennes en el papel del nuevo M; lo cierto es que, en conjunto, Skyfall es otro fracaso más que se dispersa en los intrincados laberintos de un psicologismo freudiano del más bajo nivel; un psicologismo que defrauda por lo que tiene de grotesco, de barato y de inverosímil. Skyfal entretiene gracias a sus golpes de efecto, pero al compararla con las grandes de la saga su valor se deprecia como un billete de esos que presentan muchos ceros pero que no valen nada.

ANTONIO MARTÍN DE LAS MULAS

viernes, 21 de diciembre de 2012

Crítica de 'EN LA CASA' (2012) de François Ozon



Hablemos de «Dans la maison». Y hablemos bien.
Hacía tiempo que una película no me hablaba con la cantidad de lenguajes que lo hace esta cinta francesa dirigida por François Ozon. Habla con la imagen, habla con la palabra y, lo que es más importante, habla con el recuerdo. Cuando uno sale del cine sigue dialogando con la película. Más que dialogando, preguntando.

Es pausada, pero ágil. Comprensible, pero misteriosa. Perturbadora, pero envolvente. Es todo lo anterior y un poco más.
Es una película que muestra y a la vez inquiere. Nos sitúa en un mundo real con tintes de irreal que hace que la línea que separa el sueño de la vigilia penda como buen funambulista.

Los actores son sobrios, pero con una sobriedad, como la que desprende Kristin Scott Thomas que enamora. Me enamoré de ella en «El paciente inglés» y creo que aún perdura el hechizo de su altiva frialdad.

No voy a desvelar nada de la trama. Si acaso que hay pasiones más fuertes que el amor y la amistad. Pasiones que anulan nuestra libertad y conducen nuestra vida por el violento e inhóspito camino de la servidumbre.¡Véanla!

JOSÉ MANUEL CAMPILLO ORTEGA
(autor de «Kubrick y la Filosofía» y «Kant y Sofía van al cine».)

martes, 18 de diciembre de 2012

Crítica de 'LA VIDA DE PI' (2012) de Ang Lee



En éste nuevo trabajo, el taiwanés Ang Lee rueda una fábula que se destila desde una estética que oscila entre el preciosismo de la inmensidad, y el exotismo salvaje de la mitología india. El espectador asiste al film inmiscuido y puede respirar los intensos aromas orientales de la textura narrativa. La tensión dramática del nudo lleva a cerrar los puños a quienes nos deleitamos con los relieves cósmicos, oceánicos y universales de la fotografía. La amalgama de colores y el contraste embriagador de algunas tomas recuerdan mucho a la fantástica, opulente y fosforita geografía de aquellos floridos bosques que se mostraban en Avatar (2.009). Heredera del exotismo teológico del más allá, La vida de Pí es una apuesta firme por el cine de aventuras, que empieza bien, se viene a más cuando el metraje llega al ecuador, y se desinfla finalmente gracias a un desenlace desvanecido al que le falta un cierre contundente, incontestable, y definitivo. A pesar de sus ineludibles virtudes, la película no se halla conforme consigo misma. Sus altas pretensiones se diluyen en agua de borrajas. Y eso sin contar con el efecto nefasto de la deslavazada tecnología 3D al que algunos realizadores se han hecho incomprensiblemente adictos, porque es cierto que aunque en algunas escenas, -en realidad muy pocas- los elementos de la escena se realzan hasta el tacto, no es menos cierto que en la mayor parte de los casos, acontece una escasa nitidez que da al traste con los encuadres. Un fondo desenfocado y una figura superpuesta con cierta grosería menoscaban el embelesamiento. Aún con todo, la película alcanza a entretener y esto es ya mucho más de lo que puede pedirse a la desalentadora cartelera que tenemos en nuestros días. 

ANTONIO MARTÍN DE LAS MULAS

sábado, 1 de diciembre de 2012

Crítica de 'EL FRAUDE' (2012) de Nicholas Jarecki


El Fraude es la ópera prima de un novel director, -Nicholas Jarecki-, pero también un camelo más de nuestra querida industria estadounidense. Aunque la factura técnica del filme es encomiable, el guión es el cuchillo con el que se destroza a este monstruo infernal de la cinematografía. Porque la historia de la infidelidad la hemos visto mil veces y la historia de los estafadores que saben salir airosos de todos los atolladeros también la hemos visto mil veces. La narración está más que trillada y para colmo el desarrollo de los acontecimientos está truncado, no es redondo, las ideas que se manejan no se hallan bien definidas. El film termina de sopetón y da la sensación de que faltan cosas que contar, cosas que decir, y más que ver. Quizá con media hora más o quizá con una segunda parte las cosas podrían haber quedado mucho mejor. En cualquier caso no recomiendo ir a ver esto. Ni compensa, ni entretiene, ni nada. Es sólo una película que pasará a los anales del olvido con más pena que gloria.

ANTONIO MARTÍN DE LAS MULAS

viernes, 30 de noviembre de 2012

Crítica de 'LO IMPOSIBLE' (2012) de José Antonio Bayona



"Me gusta pensar que en nuestra película no hay uno, sino dos tsunamis. Uno es físico, brutal y miserable; es la imagen de la muerte representada por esa lengua de agua negra que se lo lleva todo por delante. El otro es emocional, extraordinario y colosal, y no necesita más que una gota de agua para materializarse, la lágrima que se derrama sobre el rostro de una soberbia Naomi Watts al final de la película. Esa lágrima es para mí la máxima expresión de la vida"  
(José Antonio Bayona)
Lo imposible constituye una pequeña muestra del indudable talento del joven director José Antonio Bayona; como también una inmejorable garantía del futuro prometedor que depara a quién con su anterior largometraje, El Orfanato (2.007), cosechó los reconocimientos más laureados del mundillo del cine, y prestigiosos galardones como el Goya a la mejor dirección novel en el año 2.008. Porque sucede que la cinta no sólo se desarrolla con un medido ritmo, calculado con cartabón y compás, sino que además a lo largo de sus fotogramas José Antonio Bayona evidencia una capacidad sensacional para gestionar los sentimientos de los espectadores. El director conduce sabiamente la película. El director integra acertadamente los complejos elementos del filme: ambientación, música, guión, localizaciones, iluminación, etc..., y todos ellos los ordena hacia un cumplido efecto emocional. Disimulada y sorpresivamente, José Antonio Bayona se apodera de los espectadores y los concluye con los ojos encharcados y el ánimo compungido. Pocas veces he visto una capacidad para comunicar emociones de éste calibre en otros directores. Ésta virtud compensa, -con mucho-, el gran defecto de la película que no es otro que la falta de complejidad de una trama que se limita a describir el modo en que se produce el reencuentro de una familia. El guión hace aguas por su simplicidad, es plano, no significa un iter de aventuras. Pero aún con todo el director promete mucho para otros proyectos futuros de más envergadura. Todavía no se ha rodado la mejor película de José Antonio Bayona.

ANTONIO MARTÍN DE LAS MULAS

miércoles, 28 de noviembre de 2012

VACACIONES EN EL INFIERNO (GET THE GRINGO, 2.012) de Adrian Grunberg


La película es insulsa y desprende de todo menos frescura y vitalidad. Los diálogos están trillados. Es la misma clase de cinta a la que nos tienen acostumbrados la mala industria americana. Vemos al tipo duro que viene de no sé sabe dónde y que empieza a poner los puntos sobre las íes al personal. Todo ello viene aderezado con la gracia de un Mel Gibson pasado de rosca, viejo y desdorado por una sarta de actores de segunda. Y no vemos en él a ese intrépido personaje que hace ya tiempo nos dejara estupefactos con la saga de Arma Letal o con la excepcional BraveheartEl guión es malo, la historia carece de densidad y los personajes están huecos. El director, Adrian Grunberg, debuta con ésta ópera prima y sin duda hará las delicias de quienes después de comer gustan de una buena siesta. Porque Vacaciones en el infierno no es más que otra cinta enlatada. Desaborida. Y curiosamente ensalzada y vanagloriada por buena parte de la crítica profesional. Vacaciones en el infierno es otro drama carcelario que cae por su propio peso sobre las manos vacías de los espectadores.

ANTONIO MARTÍN DE LAS MULAS

jueves, 22 de noviembre de 2012

PARANORMAL ACTIVITY 4, (2.012) de Henry Joost y Ariel Schulman


Paranormal activity 4 arranca desde una historia anodina, insípida, y banal; se desenvuelve a lo largo de un aburrido remanso de sustos impostados y; finalmente se decanta en un fastuoso, sensacional y grandilocuente despedazamiento atroz del séptimo arte. 

Henry Joost y Ariel Schulman articulan una especie de video casero con el que tratan de ponerse en la vanguardia de las nuevas corrientes de la cinematografía mundial. Una cinta esencial donde las haya, imprescindible, necesaria para cualquier cinéfilo; un argumento de peso para no ver nunca más este tipo de cine enlatado, industrial y estafador donde lejos de haber trama sólo hay un niño raro que anda por ahí, y un escenario donde se coloca la cámara para ver pasar las típicas sombras.

Después de ver esta película hay ciertas preguntas que son inevitables: ¿Por qué la Paramount Picture paga esto?, ¿cómo y quién lo distribuye?, ¿quién y por qué compra éste producto?, ¿se produce por producir?, ¿se produce para cumplir con los contratos?. Éstas y otras preguntas me torturan cada noche.  

ANTONIO MARTÍN DE LAS MULAS

miércoles, 21 de noviembre de 2012

SINISTER (2.012) de Scott Derrickson



Tras el sonado éxito de filme El exorcismo de Émily Rose (2.005), Scott Derrickson se aventura en la fallida Sinester donde vuelve a contarnos una historia de demonios que actúan bajo el signo del terror y los poderes sobrenaturales. Sinister no tiene un argumento interesante. La trama se deshace por su falta de consistencia. Las escenas presentan artificio. El alargamiento de los tiempos no produce una expectación eficaz. El maquillaje de los niños-demonio es el mismo que llevan los niños españoles en las fiestas de Halloween. No hay nada nuevo en la presencia del bicho. Quizá lo único que se puede salvar de la película es el trasfondo ético que subyace en el desarrollo del argumento: los niños poseídos vienen al mundo para ajustar las cuentas a sus padres egoístas: la fama, el dinero, no lo es todo. En cualquier caso Derrickson rubrica una cinta de terror baratero que no vale ni para el top-manta de los moros. La película aburre y por momentos uno puede responder a algún colega con el Whatsapp

ANTONIO MARTÍN DE LAS MULAS

viernes, 4 de mayo de 2012

INTOCABLE (INTOUCHABLE, 2.011) de Olivier Nakache, y, Eric Toledano


El cine francés está que se sale. Intocable es una de esas películas que la puedes ver dos veces y mantener la sonrisa virgen de la primera vez. Porque rezuma buen rollo por todos sus poros. Es como un gran río de humanidad. Un río que nos mantiene en vilo a lo largo de toda la película. Emociona. Mueve a la sonrisa. A la ternura. Nos hace reír. Y también nos hace cómplices. El ritmo cinematográfico es ágil, pero no vertiginoso, bien temperado y habilmente puesto en equilibrio. La lentitud de Phillippe se compensa con el dinamismo de Driss. Asistimos a la confrontación de dos mundos diferentes que se resuelven en una feliz manera de cohabitar. Phillippe es un aritócrata, rico, refinado, cultísimo y tetrapléjico que tiene que habérselas con su cuidador, un tal Driss, de raza negra, parado, muy necesitado de dinero, resolutivo, dinámico, sin formación, fornido, musculoso. Phillippe y Driss son también el Yin y el Yang, la cara y la cruz de la misma moneda, el propietario y el proletario de un mismo sistema capitalista. Cada uno necesita algo del otro. Francois Cluzet firma la interpretación del tetrapléjico Phillippe. Es Magnífica: ¿cómo hace esas miradas tan desoladoras?, ¿cómo?. ¡Es increible!. Olivier Nakache y Eric Toledano han filmado 109 minutos que se deshacen en el paladar de los más exquisitos. Una película que ha arrasado en Francia, en España y que sin duda se convertirá en ese tsunami que azotará los altos presupuestos de las grandes producciones americanas. No es para menos. No.

ANTONIO MARTÍN DE LAS MULAS

jueves, 15 de marzo de 2012

DE TU VENTANA A LA MÍA (2011) de Paula Ortiz


La zaragozana Paula Ortiz debuta en el largometraje con De tu ventana a la mía, un análisis del alma femenina en sentido amplio (amor/desamor, valentía, coraje...) en el que Leticia Dolera, Maribel Verdú y Luisa Gavasa confieren carisma a tres personajes enmarcados en ambientes heterogéneos entre sí (el campo, la montaña, la ciudad), y en diversas etapas del siglo XX: los años 20, los años 40 y los años 70.

Tan sólo por el propio tema de la película y su estructura narrativa este film merece, como mínimo, el calificativo de arriesgado; si se tiene en cuenta que ya de por sí el poco querido cine español necesita para despegar en estos tiempos que corren lamentables productos que tan alejados están de la definición común que caracteriza al buen cine. Sin embargo a la valiente Paula Ortiz no le tiembla el pulso a la hora de abordar esta historia a su antojo, con unos personajes en los que cree y con altas pretensiones intelectuales. Que el público responda o no en taquilla es otra historia.



De tu ventana a la mía (arriba)
Días del cielo (1978, T. Malick) (abajo)
Desde su inicio, en De tu ventana a la mía se aprecian destellos de un cine poético que bien podría tener al Terrence Malick de Días del cielo (1978) como principal referente. Muchos elementos característicos del director americano los encontramos en el film de la zaragozana. Por ejemplo en la magnífica presentación de la película, donde las tres ventanas a las que se asoman las protagonistas muestran unas miradas femeninas a un universo de desamor que se entrecruzan mediante recursos narrativos visuales, como es el ovillo de lana rojo, que sirven para unir y conducir el relato de un alma a otra. El montaje de los primeros minutos es deudor del mejor Malick, donde no se aprecia ningún atisbo de orden tradicional en las imágenes; sino que de unos bellos fotogramas pasamos a otros, en una espiral de sentimientos que pretenden conducirnos anímicamente a la esencia del amor.

Las elipsis temporales recorren el film en su totalidad, avanzando paralelamente a través de las historias. Un cuidado diseño de producción, la estilizada fotografía y la excelente utilización de la banda sonora sirven a la directora novel como notabilísimos recursos en los que apoyar su guión para contar los tres relatos, de semblante distinto pero que en esencia nos hablan de lo mismo. Ortiz demuestra poseer un maduro sentido de lo visual, algo quizá inusual en las óperas primas de nuestro país, consiguiendo una belleza sublime en cada uno de los encuadres que capta con su cámara; al mismo tiempo que sabe jugar con el lenguaje simbólico (el color rojo, las mariposas, etc.).


Pero De tu ventana a la mía parece conformarse con su cúmulo de buenísimas intenciones y su factura técnica impecable. A la hora de transmitir emociones la película se queda corta. Su poesía no trasciende como debiera la pantalla, de ésta tan sólo emerge un aura que a ratos transmite indiferencia ante las vidas que suceden delante de nuestros ojos. Ahí es donde el film encuentra su tendón de Aquiles. El maestro Malick al que Paula Ortiz homenajea y emula en su primer trabajo sí logra transmitir sobremanera emociones con su discurso poético; pero ahí es donde el macizo edificio levantado necesita de pilares de mayor firmeza. Erigimos sin duda a Ortiz como compleja narradora y brillante creadora de hipnóticas imágenes, pero el siguiente paso consiste en dejar en nuestro espíritu una huella imborrable, ya que el inmenso trabajo lo merece. En cambio, su universo no logra absorber en su justa medida. Tan sólo se queda a medias.


Con todo, alabamos la valentía demostrada a la hora de realizar un trabajo tan distinto dentro del cine español. Quizás en nuestro país el ejemplo más cercano sea el olvidado Víctor Erice, magnífico artesano de increíbles imágenes y microcosmos propio. Nos atrevemos a sostener que desde entonces tan sólo Paula Ortiz se ha atrevido a mostrar un relato de forma tan intimista (ni siquiera Julio Medem, refererencia que algunos críticos han encontrado también en De tu ventana a la mía).

Pese a las pequeñas debilidades ya mencionadas, es imposible no percibir que estamos ante el nacimiento de una cineasta como la copa de un pino, que no sólo sabe contar una historia a su manera al margen de las exigencias del mercado, sino que también logra arrancar de sus actrices unas memorables interpretaciones. Estaremos pendientes de la carrera de esta nueva cineasta. Por fin algo diferente dentro del tan denostado y maltratado cine español.

EDUARDO M. MUÑOZ