martes, 21 de diciembre de 2010

VICKY CRISTINA BARCELONA (2008) de Woody Allen


Ya daba a Woody Allen por acabado. Sus últimas películas me parecen más de lo mismo, fotocopias de su propio cine con historias que nos ha contado hasta la saciedad. Sin embargo, tengo que reconocer que con Vicky Cristina Barcelona me he llevado una grata sorpresa. Me ha gustado.

La película en su comienzo parece que no nos va a ofrecer gran cosa. Vicky (Rececca Hall) y Cristina (Scarlett Johansson) son dos amigas que van a pasar el verano en Barcelona. Son muy diferentes entre ellas. Vicky es calculadora, racional, pretende casarse; mientras que Cristina es pasional, impulsiva, más de relaciones esporádicas. Una noche conocen a un pintor, Juan Antonio (Javier Bardem), que aún está enamorado de su ex-mujer, María Elena (Penélope Cruz).


Los primeros minutos de la película pueden inducirnos a pensar una idea equivocada del film en su conjunto. Parece superficial, indigna de Woody Allen. Pero hay que darle una oportunidad, y según va avanzando el metraje descubrimos que la cinta es un perfecto collage de relaciones humanas, que el maestro sabe hacer como nadie.

El guión de la película está construido en base a triángulos que relacionan a los personajes principales entre sí:

1) El primero de ellos, por supuesto, es el que da título a la película.

2) El segundo está compuesto por Vicky, Juan Antonio y Cristina: Juan Antonio pretende acostarse con las dos amigas a la vez nada más conocerse. Al principio, Vicky es reacia y tan sólo la pasional Cristina accede a los encantos de Juan Antonio. Pero Vicky acabará acostándose con Juan Antonio y enamorándose de él, pese a que tiene novio formal.


3) El tercero está formado por María Elena, Cristina y Juan Antonio: María Elena pretende suicidarse, y a Juan Antonio no le queda otro remedio que permitir que se quede en su casa pese a que está viviendo con Cristina, que enseguida está celosa, al igual que María Elena. Este divertido y hasta en ocasiones surrealista ménage à trois acabará consiguiendo que los tres tengan una (temporal) paz interior.

Con todos estos elementos Woody Allen firma una película sobre los temas que domina: la fugacidad del amor, el deseo, la infidelidad y las segundas oportunidades que la vida nos ofrece. Todo ello en la ciudad de Barcelona, que es un personaje más, como lo era Nueva York en Manhattan (1979).

Los actores están todos bien (aunque el Óscar conseguido por Penélope Cruz no lo entiendo muy bien) y las situaciones que surgen en torno a ellos están muy bien resueltas. Pero no nos engañemos, nada nuevo hay en este film del cineasta neoyorquino. Los mismos personajes emocionales de todas sus películas están aquí de nuevo. Sólo que su fabuloso guión y dirección de actores hacen del conjunto una obra correcta, entretenida.


Para terminar, una recomendación. El film hay que verlo en versión original obligatoriamente. Javier Bardem y Penélope Cruz interpretan a dos españoles como no podía ser de otra forma en esta película, y Rebecca Hall y Scarlett Johansson a dos americanas. Los problemas con el idioma español que tiene el personaje de Scarlett Johansson y las peleas (en castellano) entre Javier Bardem y Penélope Cruz crean secuencias divertidas que son lo mejor de la película y que con el doblaje no se pueden apreciar en su plenitud.

EDUARDO M. MUÑOZ 

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