domingo, 16 de enero de 2011

VIRIDIANA (1.961) de Luis Buñuel


Esta vez Buñuel carga las tintas contra la iglesia católica. Carga las tintas contra la religión en tanto que institución que adormece la conciencia de los hombres. El nihilismo late en el trasfondo de la cinta, hay un nihilismo en todos los sentidos. Está presente la idea de que el hombre se encuentra abandonado y sólo bajo el manto de la noche.

De la mano de una monja de clausura nos revela esta verdad. Y así, Viridiana se enfrenta al inmenso silencio que sucede en el mundo, y a una iglesia que se arrodilla ante su verdadero dios: la economía capitalista. En este sentido vemos como por órdenes expresas de la hermana directora, Viridiana abandona temporalmente la congregación religiosa a la que pertenece para estar junto a su tío a quién le queda poco de vida. Para comprender con plenitud la decisión de la hermana directora hay que tomar en consideración que la congregación que rige recibe importantes ayudas de su tío.

Sin embargo, fuera del aislamiento de la congregación, Viridiana se enfrenta a las pasiones que remueven el corazón de los hombres. Baja al mundo real, conoce las pasiones humanas y, paradójicamente, se conoce a sí misma.

Ejemplos de esta vida más humana y menos resguardada son las vivencias que vive con su tío, quien la reclama con caricias amorosas y besos que se frustran en el sueño. Como también las ubres de una vaca y sus connotaciones sexuales, la mirada del hombre enardecido, la soledad del campo, la esbeltez juvenil o el fuego de la chimenea, componen un espacio donde brotan las llamas contenidas del deseo.

En efecto, Viridiana vive una lucha interior entre el deseo naciente y la moral católica que la atenaza, una desavenencia entre el mundo de los instintos naturales y el orden de las normas religiosas.

En esta tesitura, la actriz mejicana Silvia Pinal (Viridiana) arrolla con su profusa inocencia y su sensualidad ceñida. Jorge, magníficamente interpretado por Paco Rabal representa el contrapunto de Viridiana allí donde significa la llave que entreabre su corazón canónico.

Buñuel concibe el amor como un remedio que aplaca la sensación del tiempo, ese tiempo terrible que consume a los hombres bajo la noche inmensa. Jorge mata el vacío con la compañía de Ramona, (la empleada de hogar del caserío) al tiempo que ésta busca el beso furtivo que mitiga su soledad doliente.

El tema principal de la película es el camino interior que recorre Viridiana. Su actitud religiosa se vuelve humana, desciende a nuestro mundo y finalmente, en el extraordinario colofón de la película, la vemos con el cabello suelto. Gran símbolo. Así sale al encuentro de un hombre de su edad: de Jorge: y sabemos entonces que en su alma ha nacido la llama del amor. En su confusa búsqueda del amor humano se encuentra a otra mujer (Ramona), otra competidora, con quién desplanta una mirada intensa y significativa. Una mujer compite con otra mujer por el amor de un hombre. Se escenifica entonces una agresión velada y subyacente, una mirada intensa y decisiva que esconde muchas guerras latentes tras de sí.



Viridiana despierta a un nuevo mundo y mientras tanto la cinta constituye una precisa alegoría de nuestra condición humana.

ANTONIO MARTÍN DE LAS MULAS

6 comentarios:

Eduardo Muñoz dijo...

Posiblemente su mejor película.

Lo que Coppola quiera: Blog de cine dijo...

Estoy de acuerdo. !Qué bien maneja las miradas!...Es increible...

Anónimo dijo...

este analisis de la pelicula no dice mucho, todo esto se vio claro en la pelicula, estaria bueno aclarar lo mas dificil de ver, lo que hace que las criticas esten buenas y no sean una perdida de tiempo...perdon pero lo tenia que decir

Anónimo dijo...

Lógicamente una crítica no debe leerse sólo con una lectura superficial. También hay que leer entre líneas. Pero claro para eso se requiere algo de inteligencia. Hay arriba tienes el cuadro de Leonardo (lo más difícil de ver), para que te estimules un poco. Antonio (el que critica)

Anónimo dijo...

Lógicamente una crítica no debe leerse sólo con una lectura superficial. También hay que leer entre líneas. Pero claro para eso se requiere algo de inteligencia. Ahí arriba tienes el cuadro de Leonardo, para que te estimules un poco. Porque no sólo se lee el texto entre líneas. Las fotografías también tienen lectura. Antonio Martín de las Mulas

Eduardo M. Muñoz Barrionuevo dijo...

Una obra maestra. Una de las mejores películas del cine español.