sábado, 12 de noviembre de 2011

NO HABRÁ PAZ PARA LOS MALVADOS (2.011) de Enrique Urbizu


En esta ocasión el director Enrique Urbizu nos deleita con un thriller de acción de temática policial, judicial y terrorista que hará las delicias de quienes siempre gustaron de los thriller americanos. La acción transcurre de la mano de Santos Trinidad, un reconocido policia de expediente impoluto, venido a menos desde que la vida, -lo que se adivina de su vida-, le pasa la factura: un hombre sólo, caído en la desidia, dado a la bebida y a las putas pero que sin embargo es capaz de desarticular, el solito, una célula islamista que prepara un atentado en un centro comercial de Madrid.

José Coronado eclipsa. Su interpretación es sencillamente magistral. Sostiene la película en todos los sentidos. Y no sólo gracias a una excelente caracterización sino sobretodo a su poderosa personalidad. Da vida a un héroe diferente al que nos tiene acostumbrado la factoría americana. Santos Trinidad es un policía contenido, nada excesivo en sus maneras, no es malhablado, ni grita, ni se pierde con actitudes desmedidas, en realidad no es un tipo demasiado duro. Enrique Urbizu sabe estar por encima de la radicalidad de aquellos héroes desalmados que escupen a la vida con un gapo de color negro. Santos Trinidad es, sencillamente, un tipo intermedio que, por su talento, siempre anda un paso por delante de la investigación judicial y policial. 


No obstante la cinta presenta una trama algo compleja y, en ocasiones abstrusa. El espectador no puede seguir muy claramente el desarrollo lógico de los acontecimientos. Las escenas y las pistas de la investigación que componen el hilo conductor del argumento, en muchas ocasiones, vienen dadas de la nada. Si Santos Trinidad, a lo largo de su iter, da con la cabeza de la célula islamista no se debe tanto a una acertada interpretación de las pistas o a una astucia sin igual, sino más bien a que el propio director, a la hora de construir la sucesión narrativa de las escenas, ha cruzado en su camino estas pistas. Algunas de las pistas no las descubre mediante su inteligencia sino en tanto en cuanto que le son dadas de una manera insólita y a aparecen ahí, en mitad de su camino. De esta manera, el azar, como una suerte de inspiración divina, conduce a nuestro protagonista hasta la solución del caso.


No sé yo en qué medida esta forma que tiene el director de gestionar las pistas de la investigación en su película obedece más a una carencia del guión y por tanto a una solución improvisada, que a un efecto pretendido que diera en redundar en una cierta cualidad mística de Santos Trinidad. En cualquier caso lo que sí es cierto es que en el discurso cinematográfico subyace una enfrentamiento religioso y cultural, y sobretodo un choque de civilizaciones donde de una manera muy velada el integrismo islámico se enfrenta al cristianismo.

Es curioso que la estructura del argumento es la misma que se solía utilizar en las tragedias de la antigua Grecia, la de los tiempos de Sófocles y Esquilo. Como en aquellas la idea de destino o una cierta estructura circular componen la textura narrativa. Por tanto si en aquellas el personaje principal, guiado por su destino y por los dioses, huía de la muerte para encontrarse con la muerte; en este filme Santos Trinidad que al principio de la película comete un asesinato y huye de sus perniciosas consecuencias (como sí estas fueran una forma de muerte) destruye las pruebas incriminatorias y yendo en busca de los testigos de su delito acaba por desarticular una célula islamista que planeaba un atentado en Madrid. El alto precio que paga es su propia vida y su descanso eterno. Yendo a por una cosa encuentra otra y sin quererlo así, Santos Trinidad cumple su destino y la misión encomendada por los altos valores que le mueven a jugársela.

En resumidas cuentas podemos decir que el filme tiene sus hallazgos, pero quizá sea la interpretación de José Coronado la que lo salva de la mediocridad más olvidadiza y la que oculta buena parte de los defectos técnicos y argumentales. La cinta no pasa de ser un producto cargado de buenas intenciones, ideal para todos los públicos, y entretenido para los que cómo a mí nos encantan los héroes de acción más intrépidos y valerosos.

ANTONIO MARTÍN DE LAS MULAS

2 comentarios:

Manderly dijo...

Todavía no la he visto, pero en lo que todo el mundo coincide es en el buen trabajo de Coronado. Esto es unánime. Lo cierto es que el tema no me atrae especialmente.
De todas formas, espero poder verla pronto.
Un saludo.

Antonio Martín de las Mulas dijo...

Bueno... la peli tiene algo y a José Coronado le sienta bien eso de andar por ahí con una pipa en las manos. Es muy distinta a lo que estamos acostumbrados a ver en nuestro cine español. Saludos.