martes, 1 de octubre de 2013

Crítica de 'EVA AL DESNUDO' (1950) de Joseph Mankiewicz


«Eva, Eva, Eva», repetía con una cadencia evanescente Adán mientras ella solo atendía la irrefrenable llamada de la tentación. Ya con la aflicción reflejada en la mirada y la incomprensión en los labios pronunció el «por qué» que tanto resonó en ese deportista impostor que hace unos meses entrenó al Madrid. Eva fue expulsada del paraíso por no saber decir que no, al igual que  Eva Harrington (Anne Baxter) por hacer suya la frase de Oscar Wilde: «Puedo resistir a todo menos a la tentación»

Eva al desnudo es una película que requiere varios visionados. Es como los buenos vinos, en cada nueva cata se aprecia un matiz antes escondido en algún sentido que no era el adecuado.  La primera vez que la vi la situé entre la lista de «mis» notables de Hollywood. Hoy, después de varias veces en las que me he acercado a ella olvidándome del conjunto y parándome en el detalle, me parece esencia de cine. Ya ha llegado a sobresaliente.

Si alguien quiere saber con exactitud a qué se llama cine clásico que se acerque a esta delicia literaria creada por esa mezcla de Nabokov y Wilde llamado Joseph L. Mankievicz (La huella, El día de los tramposos, Julio Cesar, Operación Cicerón, Carta a tres esposas).

Este fino espadachín de las letras es el mejor jugador de Hollywood en el delicado arte de juntar palabras. Los adverbios, adjetivos, verbos, artículos y demás componentes del dédalo del lenguaje son utilizados por Mankievicz con la misma soltura con la que Dani García maneja el nitrógeno en esas tierras en las que antes brillaba el oro y abundaba el estilo y ahora solo lo hace la bisutería y el mal gusto. 

Como soy un empirista radical y quizá muchos de ustedes también lo sean, transcribo un par de frases que sirven de refrendo al párrafo anterior: «Como siempre que una mujer intenta averiguar algo, me dijo más que yo a ella». «La atmósfera es macbethiana». Es cine hablado, de ese que ahora omite su presencia con la misma bizarría con la que Nadal gana torneos.  Asistimos, como fieles y apenados testigos del funeral, a la época en la que la imagen ha sepultado a la dulce y, casi siempre, mentirosa palabra.


También es verbo teatralizado. La imagen tiene un encuadre particular. Planos largos y jugosos con un toque esnob que firmaría el mismísimo Dalí. Un esnobismo que subyuga, como lo hace la mirada de Bette Davis, sin casa en el barrio de la belleza, pero con alojamiento eterno en el mundo de la atracción.      
Tuvo 14 nominaciones (junto con Titanic ha sido la más nominada de la historia), y recibió 6 estatuillas. Aunque quizá lo más destacado de esos seis premios es que ninguno fuera para Bette Davis, la inolvidable Baby Jane Hudson.

Posdata: Se rodó el mismo año en el que se produjo el Maracanazo, se creó la Stasi, se estrenó en Barcelona El amor brujo, la ONU adoptó un plan para dividir Jerusalén… Aunque lo más importante y llamativo es que el Atlético de Madrid ganó la liga. Y eso es un hecho tan inusual e histórico como lo fue para el planeta que hace unos años coincidieran en tiempo y mandato Zapatero y Obama (Pajin dixit).

JOSÉ MANUEL CAMPILLO ORTEGA
(www.vienafindesiglo.blogspot.com)


8 comentarios:

Antolín Martínez dijo...

Pendiente de ver. Ahora con este comentario tendré que «colearla» para verla antes que otras que están en fila... Salu2.

Javier Simpson dijo...

Hola, Ortega. Una película maravillosa, puro cine, un gran clásico. Qué más se puede decir! Creo que he sido muy explícito en mis halagos. Mankiewicz era un genio, y ahí están muchas de las pelis que citas (tengo que ponerme con la de Kirk Douglas, El día de los tramposos). De cualquier modo a mí el cine me puede más por la imagen (el cine es para mí sobre todo algo visual, por eso me gusta tanto Hitchcock o Coppola) que por la palabra a pesar de haber directores como Mankiewicz o películas tan magistrales como 12 hombres sin piedad.
Un abrazo. Estupendo post.

José Manuel Campillo dijo...

Hola Javier.
Gracias por tus amables palabras.
A mí se me convence por la vista y se me seduce con la palabra.
Enhorabuena por tu blog.
Un saludo.
Hola Antonlín.
Esta es ineludible.
Muy bueno también tu blog.
Un saludo.

José Manuel Campillo

Antonio dijo...

Unas criticas muy acertadas. Me gusta mucho este blog.

Antolín Martínez dijo...

Hecho de menos que publiquen más en este blog. Sus comentarios, exquisitamente redactados, hacen falta para paliar el hambre y la sed de un cúmulo de cinéfilos que venimos por estos lares. Ojalá regularicen más sus entradas. Un cordial saludo desde "el otro lado del charco".

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Gracias por tu comentario. Intentaremos subsanarlo con la mayor celeridad posible. Atentos a sus pantallas.

Maruca dijo...

Magníficos diálogos sobre la amistad, el teatro, el cine, las ansias de triunfo, los anhelos por la eterna juventud...Todo ello se echa de menos en el cine actual. Se pueden sacar mil reflexiones de esta película. Sobre la ambición, sobre el mundo del teatro, sobre el arte, sobre el paso del tiempo, pero ante todo, sobre la naturaleza humana.
Lo dicho, una auténtica obra maestra y además, recomendable para cualquier tipo de público.