El hecho de que un film haya sido rodado en apenas dos semanas, sin subvenciones públicas, habiendo obtenido un buen resultado en taquilla y para la crítica, así como tres nominaciones a los premios Goya, son razones más que suficientes para sentarse delante del televisor una tarde cualquiera de domingo y dejarse llevar por el primer trabajo como director del actor Paco León.
Carmina o revienta goza de frescura, inmediatez, cercanía, cotidianidad, y hasta dosis de humor casposo. Su peor defecto quizás resida en el hecho de que por momentos no se aleja de lo que parece un vídeo doméstico realizado para disfrute propio de la familia León, y no una película hecha para el gran público, que al fin y al cabo es para lo que se hacen las películas. Con esto quiero decir que algunas de las situaciones reflejadas en el film podrán resultar interesantes y hasta graciosas a los integrantes de la familia, pero quizás no sean del agrado e interés de todos los espectadores que se acerquen a esta arriesgada propuesta.
Por lo demás, bravo por la utilización del formato del falso documental, por la naturalidad de los intérpretes (en especial por esa actriz revelación interpretándose a sí misma, Carmina Barrios, y por una maravillosa María León), y por esa ambigua mezcla entre realidad y ficción, donde no se sabe nunca dónde empieza una y acaba la otra. Ahí reside el gran trabajo de Paco León como cineasta.
León no logra una gran película, pero sí un veraz retrato de una familia humilde, al mismo tiempo que muestra una España profunda que también existe al margen de los poderosos, la España de las miserias cotidianas de esa gente anónima cuyos problemas para llegar a fin de mes no resultan interesantes para la parrilla de un telediario. Una modesta producción que consigue con sus buenas intenciones que olvidemos por momentos una narración plana a la que se le ve el plumero en demasiadas ocasiones, dejando al descubierto un guión pobre que parece sacado del fruto de la improvisación; así como una realización mejorable, muy mejorable. Aprobado alto, sin embargo.
EDUARDO M. MUÑOZ
6 comentarios:
No la he visto. Pero el título me gusta. Es un juego de palabras que remite a una película de Vicente Aranda: "El lute: camina o revienta". Y de paso también es una apuesta por el yo personal de quien se llame Carmina en la película.
Es curiosa y hay momentos en los que te ríes, pero no te la esperes muy grandiosa.
Eso sí, es un proyecto personal hecho con cuatro duros muy de agradecer en estos tiempos carentes de buen cine.
Estaréis de coña...
Juan, lee bien mi crítica.
Lo primero que hice. Sin embargo me refería más a los comentarios...
Aun así ¿ Estáis de coña?
La película es un truño, pero es visible y soportable, con algún momento divertido, sin más.
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