He tenido la oportunidad de visitar la tan lejana y tan
cercana a su vez ciudad de Tánger. Allí he disfrutado de una película marroquí, muestra de un cine pujante y que busca
abrirse paso en el mercado internacional. Se trata de ‘Secrets d'Oreiller’ (Secretos de
Almohada), un film que fue presentado en la 15ª Edición del Festival Nacional de Cine de Tánger en 2014.
La película comienza cuando una joven trabajadora de un
orfanato es llevada al depósito de cadáveres para la dura misión de reconocer
un cadáver. A partir de ahí nos sumergimos en sus recuerdos, y se nos conduce a
su infancia en un pequeño pueblo, donde todos se conocen y donde la vida
cotidiana es dura y basada en muchos momentos en las apariencias, unas
apariencias que muchas veces engañan. El primer momento en que viajamos al
pasado de Wafae, nuestra protagonista, me parece una de las mejores escenas del
film, con una gran música acompañando el recorrido de esta inocente niña
junto a su amiga, saliendo alegremente del colegio. La música de Karym Ronda es de lo mejor
del film, quizás junto a la fotografía de Kamal Derkaoui y al guión adaptado de Jilali Ferhati, basado en
una novela de Bachir Damoun.
La alegría cambia cuando la madre de la amiga de nuestra
protagonista la aleja bruscamente de su hija, ya que la madre de Wafae es una
prostituta, y trabaja en un burdel clandestino, del que nadie conoce su
existencia oficialmente, pero del que todos conocen su existencia realmente. La
madre de Wafae, Zaida, es fría, parece que domina y controla a todo el que
tiene a su alrededor y que crea temor en el vecindario, pero en realidad tiene
sentimientos. Desea hacer feliz a Wafae, aunque su modo de vida le lleva a la
cárcel en muchos momentos. Wafae sufre por su relación con su madre y por el
trato de los que la rodean, aunque ella es risueña y de carácter optimista. Los
vecinos se comportan de manera extraña con ella por ser hija de quien es.
Hay momentos en los que Zaida se muestra fuerte y dominante,
y otros débil y devastada sentimentalmente cuando no puede satisfacer los
deseos de su hija o actuar como una madre normal con ella. La película
continúa con flashbacks, unos más
afortunados que otros, que conectan a la Wafae adulta con la Wafae niña, y nos muestran
cómo una serie de personajes interactúan en la pequeña localidad. Unos
personajes son más interesantes que otros, a decir verdad, ya que algunos
parece que están poco aprovechados en la película, podían haber dado mucho más
juego. Por ejemplo un travesti, el cual será muy importante para el desenlace final
del film (que no voy a revelar), y un niño
que siente atracción hacia Wafae niña y con el que ésta se volverá a encontrar
cuando la Wafae
adulta se enfrenta a los recuerdos de su barrio, en su recorrido de vuelta al
mismo.
En otra de las mejores escenas las prostitutas del burdel se
limpian y preparan para su trabajo cantando una canción que dice: "No
somos libertinas, somos así porque Dios nos ha hecho así", y vemos cómo en
primer plano canta la madre de Wafae con gesto de alegría y amargura a la vez.
Para mí la de Fatima Zahra
Bannacer como Zaida es la mejor interpretación del film.
La película da lugar a muchas interpretaciones. Me ha
parecido un film transgresor en algunos momentos, atrevido por el tema que
toca, y por la enseñanza final: las apariencias pueden engañar, y quien está
marginado, quien es distinto, quien es incomprendido, puede ser quien tiene más
corazón. Para mi gusto ‘Secrets
d'Oreiller’ da una de cal y una de arena: escenas de gran calidad, buena fotografía, música e interpretaciones, y otros fallos
como algunas lagunas de guión, momentos confusos en los flashbacks o personajes no bien desarrollados... Pero en definitiva
recomiendo su visionado cuando llegue a España.
Poder verla ha sido una experiencia bastante interesante y un acercamiento al creciente cine norteafricano, tan de moda ahora por el largometraje mauritano ‘Timbuktu’ (2014, Abderrahmane Sissako). Es enriquecedor ver cine desde nuevos puntos de vista y con nuevas ideas y nuevos medios.
ANTONIO JAVIER REGIDOR PUERTO
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