Andrzej
Wajda, maestro del cine polaco y autor de obras tan importantes como ‘Danton’
(1983) o ‘Katyn’ (2007), toma con pulso firme y dirige con acierto este biopic
sobre la figura de Lech Walesa, fundador del sindicato Solidaridad en Polonia.
La película refleja los acontecimientos que en 1970 condujeron a dicho país a
una revolución y que hicieron de Walesa un líder sindical y político, en un
difícil camino personal desde su inicial condición de simple trabajador,
llegando a ganar el Premio Nobel de la
Paz.
Wajda
se mueve como pez en el agua en un género tan difícil como el biopic
construyendo un film lleno de ritmo y fuerza. La película aborda nada más y
nada menos que 25 años en la vida de Lech Walesa, pero al mismo tiempo no pasa
de puntillas por ningún acontecimiento, defecto fácilmente detectable en
películas de este tipo centradas en figuras históricas. Por eso mismo las
escenas no son una mera sucesión de episodios sin relación entre sí, sino que
poseen la suficiente homogeneidad para tejer un relato consistente por obra y
gracia de un excelente guión. Ayuda al respecto que el guión esté realizado en
torno a una entrevista que le hace a Walesa una periodista italiana, por lo que
todas las secuencias están planificadas a modo de flashback.
Wajda
mezcla con maestría imágenes en blanco y negro con imágenes en color, sobre
todo en las escenas con multitudes, confiriendo al relato un carácter
documental que casa bien con el contenido de la historia. También se intercalan
imágenes de archivo consiguiendo un resultado lleno de fuerza gracias al uso de
la banda sonora, un tanto atípica, centrada en temas de rock and roll. El
excelente trabajo de producción recrea a la perfección la Polonia de la época, cuyas
condiciones en torno a la miseria o el frío quedan excelentemente reflejadas.
El
guión gira en torno a la figura de Walesa, como no podía ser de otro modo, pero
no por ello descuida el resto de personajes. El film no sólo se centra en la
figura política y sindical de Lech Walesa, sino que también aborda su vida
familiar, con su esposa y sus seis hijos. Wajda realiza un excelente trabajo en
el ámbito de la dirección de actores, teniendo así de resultado a una
espléndida Agnieszka Grochowska en el papel de la esposa del protagonista y,
cómo no, a un soberbio Robert Wieckiewicz, sin duda la mayor baza del film, que
se mete en la piel de Walesa como nadie aportando naturalidad y credibilidad al
conjunto.
En
definitiva, ‘Walesa, la esperanza de un pueblo’ es una cinta que merece la pena
ver ya que es capaz de ir mucho más allá del panfleto político. La grandeza de
Wajda también reside ahí, en mostrarnos unos hechos de la forma más objetiva
posible y con ello hacernos reflexionar ante temas tan importantes como el
poder y la libertad.
EDUARDO M. MUÑOZ
EDUARDO M. MUÑOZ
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