martes, 9 de junio de 2015

Crítica de 'Güeros' (2014) de Alonso Ruizpalacios







Güero, ra
1. adj. Méx. Dicho de una persona: Que tiene los cabellos rubios. Que tiene la piel blanca. U. t. c. s.

Así, con esta aclaración del significado del título, comienza este film mexicano premiado en Berlín como mejor opera prima y en San Sebastián como mejor película latinoamericana. También ha sido reconocido en su país de origen con cinco premios Ariel, incluido el de la mejor película.

¿Qué nos encontramos al visionar este debut en pantalla grande del ex director teatral Alonso Ruizpalacios? Pues nos encontramos ante una película de una factura exquisita, cuidada al detalle, innovadora, de planos imposibles y experimentales en  sus momentos más brillantes. Es una película que juega con los silencios, con los sonidos que invaden dichos silencios y con el contraste entre momentos de reflexión y momentos de acción.


Partimos de una trama argumental muy sencilla: Santos y Sombra viven en un apartamento desganados y desencantados con todo. El apartamento se encuentra en lamentables condiciones, incluso sin luz. Un día reciben la visita de Tomás, el hermano de Sombra, al que su madre ya no soporta más. Con su llegada los tres van a iniciar un viaje en busca de un viejo rockero mexicano olvidado, Epigmenio Cruz, al que nadie recuerda, pero es muy importante para ellos porque era escuchado por el padre de Sombra y Tomás.

El argumento es sencillo, pero la búsqueda que inician los personajes como hemos dicho es compleja y llena de diálogos y momentos que provocan la reflexión sobre el ser humano y la existencia misma. Es una película mucho más visual que de diálogo, pero las interpretaciones son muy cuidadas y dan un toque frío pero cercano a la vez a los personajes, tal como busca el director. No es una película de fácil consumo, es una largometraje que invita a a la reflexión y al disfrute del derroche visual e imaginativo que nos regala Alonso Ruizpalacios.

También tenemos que decir que puede resultar aburrida en algunos momentos, el ritmo es intencionadamente lento en el desarrollo de la acción y el peculiar sentido del humor que se despliega puede no resultar atractivo para todos los públicos. Aquel que busque una película con un desarrollo fácil y convencional puede resultar decepcionado y aburrirse, en cambio es recomendable para el que busque un producto creativo e innovador, no una cinta de consumo rápido.


Rodada en un impecable blanco y negro, cuenta con una sencilla pero muy solvente fotografía, uno de los puntos fuertes del film, junto a ese contraste de sonidos y silencios del que hablábamos tan peculiar, y que junto a los juegos de cámara y la experimentación en cuanto a tipos de planos sorprenderá al espectador. La crítica social también está presente, ya que la acción se desarrolla durante una ficticia huelga de estudiantes, reflejo de las huelgas y movimientos sociales tan habituales en México y Latinoamérica en general. Se nos presenta el contraste entre la lucha política y la devastadora desgana del joven que está desencantado con todo en el mundo en el que vive. Nuestros protagonistas se muestran apáticos ante esta huelga ("Estoy de huelga de la huelga", afirma Sombra), pero durante la película veremos cómo va modificándose este sentimiento, paralelamente al avance de su búsqueda de Epigmenio, el rockero desconocido y moribundo.

No desvelaremos como se desarrolla la búsqueda del rockero olvidado, dejamos al espectador que vea el film y saque sus conclusiones, unos se aburrirán, otros la disfrutarán ampliamente, es cuestión de gustos.

"Epigmenio Cruz está chingón. Una vez hizo llorar a Bob Dylan"...

ANTONIO JAVIER REGIDOR PUERTO

No hay comentarios: