jueves, 29 de enero de 2015

Crítica de 'PROJECT ALMANAC' (2014) de Dean Israelite



Si has quedado con tus ‘colegas’ y quieres ir al cine la tarde del viernes-noche es la apuesta ideal. Con una cámara bajo el brazo a lo ‘Bruja de Blair’ (Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, 1999) y ‘Monstruoso’ (Matt Reeves, 2008), o más propiamente dicho, mediante el género cinematográfico ‘metraje encontrado’, ‘Project Almanac’ nos vuelve a introducir en la temática de los viajes en el tiempo, esta vez en versión moderna.

Un grupo de adolescentes encabezado por David Raskin (Jonny Weston), un ‘cerebrito’ de ojos claros, su hermana pequeña Christina (Virginia Gardner) y sus dos amigos ‘nerds’ y con un sentido del humor un tanto peculiar, Quinn y Adam (Sam Lerner y Allen Evangelista), se introducirán en una gran aventura de ciencia ficción, tras descubrir unos planos secretos en el sótano de los Raskin sobre cómo construir una máquina del tiempo.

Los cuatro jóvenes a los que se unirá la chica guapa del ‘insti’, Jessie (Sofia Black-D’Elia), quien junto con David protagonizará la bonita historia de amor que no puede faltar en este tipo de películas para adolescentes; utilizarán su nuevo ‘juguete’ para cosas tan importantes y cotidianas como “ganar la lotería”, “disfrutar de un mismo festival una y otra vez” o “conseguir ser los más populares en Instagram o Facebook”.

Pero los juegos peligrosos, muy típicos a estas edades, siempre vienen de la mano de terribles consecuencias y es aquí donde la película empieza a coger ritmo, cuando los chavales tendrán que hacer frente a los problemas surgidos en sus idas y venidas a través del tiempo.

La película, dirigida por el debutante Dean Israelite bajo la producción de Michael Bay, nos intenta ofrecer una especie de ‘Regreso al futuro’ (Robert Zemeckis, 1985) adaptada a nuestros tiempos, pero le ha quedado muy light. La idea es buena, que no original, los actores aceptables, pero le falta sabor, se queda a medio camino, lo cual no quiere decir que la película no pueda entretener e incluso llegar a enganchar.

Por último, y como hecho anecdótico, al igual que los “chavales”, Michael Bay se ha metido en un pequeño problema y ha tenido que pedir perdón por el uso de imágenes reales de un accidente de avión que aparece en una de las escenas del film. Dean Israelite reproduce una escena real en la que se ve cómo se accidentaba un avión B-52 en la base aérea de Fairchild en el año 1994 y, al parecer, los familiares de las víctimas no han visto con buenos ojos rememorar aquello de nuevo.

LAURA MARÍA LUQUERO
@luquerito
@1000x1000Series

No hay comentarios: